¡Condenada!

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Oh, ¿sigues aquí? Wow, realmente no sé si agradecerte o sentir lástima por ti. O sea, piénsalo: ¿no tienes una maldita vida? ¿En serio te has pasado horas, tal vez días, leyendo esta mierda en Wattpad? Ya sabes, esa plataforma donde el drama barato y las historias cliché son el pan de cada día. No es que esté criticando, bueno, en realidad sí, pero es que... ¿qué demonios haces aquí todavía?

Pero bueno, ya que estás aquí, supongo que algo te engancha de esta historia. Tal vez sea la acción, la violencia, o quizá solo te gusta ver cómo me meto en más problemas de los que pueden manejar. Sea lo que sea, te lo advierto desde ya: las cosas están a punto de ponerse más intensas. Sí, si pensabas que ya habíamos tocado fondo, pues te equivocaste, cariño. Apenas estamos empezando a descender a este pozo sin fondo de caos.

Y déjame decirte algo más, para que no haya malentendidos: si esperabas que esto fuera algo "family friendly", ya es hora de que despiertes de esa ilusión. Porque a partir de este punto, todo se va al carajo. No hay vuelta atrás, no hay redención fácil, y definitivamente no hay finales felices de cuento de hadas. Esta historia es tan oscura y retorcida como mi jodido sentido del humor.

Así que adelante, sigue leyendo si tienes el valor (o la estupidez) para hacerlo. Pero no digas que no te lo advertí. A partir de aquí, todo se convierte en un maldito infierno. Bienvenido al verdadero desastre.

Ahora estoy sentada en esta puta silla metálica que parece diseñada para torturar. El maldito murmullo de la audiencia es un zumbido constante, como moscas alrededor de una mierda, y me pregunto si alguna vez se callarán. Estoy aquí, esperando que el juez decida si va a joderme más de lo que ya me ha jodido la vida. La última vez salí con una estúpida libertad condicional, pero claro, me la cargué. No es como si alguien se sorprendiera.

Dicen que la segunda vez duele más. Y no hay duda, esta vez me va a doler hasta el alma, si es que me queda algo de eso.

Ethan, mi abogado en esta ocasión, se levanta como si realmente creyera que tiene una oportunidad de salvarme de esta mierda. Pero todo lo que veo es el equivalente legal de un parche en una herida de bala. Va hacia el juez, ese cabrón con cara de bulldog que ya decidió mi destino antes de que abriera la boca.

— Su señoría, mi cliente ha sido acusada injustamente. Ella no fue la autora intelectual del incendio en el puerto. Las evidencias circunstanciales presentadas no son concluyentes y...

No termina la frase, porque el juez lo corta de golpe, como una maldita guillotina.

— ¡No me venga con cuentos, señor Hamada!— El juez golpea su mazo con una fuerza que casi me hace saltar de la silla. — La señorita Martínez tiene un historial que habla por sí solo. Libertad condicional violada, y ahora este desastre. ¡Las evidencias son más que concluyentes!

Kumiko, mi leal y loca amiga, se levanta de su asiento al fondo de la sala. Por supuesto, no parece importarle una mierda la mirada de odio que le lanza el juez.

— ¡Soy yo, su señoría!— grita, como si se estuviera ofreciendo en un maldito altar. — ¡Fui yo la que ideó todo! Valentina es inocente.

El juez ni se inmuta. Este cabrón ha visto de todo, y Kumiko no es más que un mosquito zumbando en su oído.

— Señorita Haraguchi, su testimonio es conocido. Usted ya está siendo juzgada por sus propios crímenes— responde el juez. — Esta corte no se dejará engañar por falsos sacrificios.

El silencio que sigue es tan pesado que podría asfixiar a alguien. Ethan me mira, impotente, y yo le devuelvo la mirada como diciendo: "No pasa nada, ya sabía que todo esto era una mierda".

Limpia, acelera y... ¡Corre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora