¡La distracción!

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El aroma del café recién hecho llena la cocina mientras sirvo el desayuno para Ethan, quien parece absorto en sus pensamientos.

— ¿Estás bien, Ethan?— pregunto, colocando una taza de café frente a él.

Él levanta la mirada, un rastro de preocupación en sus ojos.

— Sí, solo estaba pensando en lo que ocurrió anoche en el evento— responde, con un suspiro.

— ¿Te refieres a los comentarios de los ejecutivos? No te preocupes por eso, ya estoy acostumbrada a recibir ese tipo de tratos— digo, tratando de restarle importancia al asunto.

Ethan frunce el ceño, evidentemente incómodo por haberme involucrado en esa situación.

— Lo siento, Valentina. No debería haberte obligado a ir— se disculpa, con sinceridad en su voz.

— No te preocupes, de verdad. Además, estaba más preocupada por haber arruinado tu trato con los socios— confieso, sintiéndome culpable por lo sucedido.

Ethan saca una carta del bolsillo y la despliega sobre la mesa.

— Bueno, sobre eso... Los socios nos enviaron una carta de disculpa esta mañana. Parece que se dieron cuenta de que no se comportaron de la mejor manera— explica, con una mezcla de alivio y resignación.

— ¿De verdad? Eso es inesperado— comento, tomando la carta y leyendo atentamente.

Las disculpas parecen genuinas, y siento un ligero alivio al saber que no hemos arruinado por completo nuestra relación con los socios.

— Bueno, parece que todo está bien al final. No tienes que preocuparte más por eso— afirma Ethan, intentando animarme.

Asiento con una sonrisa, agradecida por su comprensión y apoyo.

— Gracias, Ethan. De verdad aprecio que estés aquí para mí— digo, con gratitud en mi voz.

Ethan mira el reloj en su muñeca y luego levanta la mirada hacia mí con una sonrisa.

— Y de hecho, tengo una reunión de urgencia con uno de los ejecutivos esta noche, así que no llegaré a casa precisamente a tiempo para la cena— explica, con cierta preocupación en su voz.

— No te preocupes, Ethan. Entiendo que el trabajo es importante. Yo estaré bien aquí— respondo, tratando de tranquilizarlo.

Él asiente, pero luego su expresión se suaviza.

— Sin embargo, en cuanto regrese, podríamos tener una cena agradable juntos para compensarte por el disgusto de anoche— propone, con un gesto cariñoso.

Sonrío ante su sugerencia, sintiéndome agradecida por su consideración.

— Me encantaría eso, Ethan. Será una cita que valdrá la pena esperar— respondo, devolviéndole la sonrisa.

Me sonrojo ligeramente al darme cuenta de lo que acabo de decir y rápidamente trato de remediarlo.

— Quise decir... una cena agradable juntos, nada más— aclaro, tratando de restar importancia al lapsus.

Ethan me mira con diversión y una chispa de complicidad en sus ojos.

— Por supuesto, Valentina. Solo una cena agradable entre amigos— dice, con una sonrisa cómplice que me hace relajar un poco.

— Exactamente. Una cena entre amigos— confirmo, con un suspiro de alivio.

Después de desayunar con Ethan, me sumerjo en las tareas rutinarias del día. Entre cada quehacer, mi mente divaga una y otra vez al gesto amable de Ethan esta mañana. ¿Una cena agradable entre amigos? ¿O fue solo un desliz de palabras?

Limpia, acelera y... ¡Corre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora