París | 05 de Febrero
── Narrador Omnisciente.Mackenzie se encontraba en París, inmersa en el bullicio y la emoción de la Fashion Week. Mientras tanto, Hassan estaba en Los Ángeles, ocupado con sus propios compromisos profesionales. La distancia entre ellos se había vuelto más evidente que nunca, y ambos anhelaban la cercanía del otro en medio de la agitación de sus vidas.
En su habitación de hotel en París, Mackenzie revisaba su teléfono constantemente, esperando noticias de Hassan. Las largas horas de trabajo y los desfiles interminables apenas dejaban tiempo para comunicarse, y Mackenzie se sentía cada vez más sola a medida que pasaban los días.
Por otro lado, Hassan se encontraba en el estudio de grabación en Los Ángeles, concentrado en su música pero con la mente siempre en Mackenzie. La distancia entre ellos pesaba en su corazón, y ansiaba la calidez de su abrazo y la alegría de su compañía. A pesar de ello, Mackenzie y Hassan encontraban formas de mantener viva su conexión. Se enviaban mensajes de texto y se llamaban siempre que tenían un momento libre, compartiendo detalles de sus días y expresando su amor y apoyo mutuo.
Una noche, mientras Mackenzie se encontraba frente a la Torre Eiffel, admirando su imponente belleza iluminada por las luces nocturnas, una figura familiar apareció de repente frente a ella. Era Hassan, con una sonrisa radiante en el rostro, sorprendiendo a Mackenzie y llenándola de alegría.
— ¡Hassan! ¿Qué haces aquí? — Abrazándolo y besandolo
Mackenzie se sintió abrumada por la emoción, sin poder creer que Hassan hubiera hecho un viaje tan espontáneo solo para verla. Juntos, se sumergieron en la magia de París, explorando las calles adoquinadas y compartiendo risas y conversaciones profundas mientras recorrían la ciudad.
— Sorpresa, preciosa. No podía soportar estar lejos de ti por más tiempo — Toca sus mejillas
— No puedo creer que hayas venido hasta aquí.
— Haría cualquier cosa por estar a tu lado, Mackenzie.
— Eres increíble, Hassan. Gracias por venir.
— No hay nada que prefiera más que estar contigo, aquí mismo. ¿Te parece ir a cenar? Estamos en la ciudad del amor, y hay que aprovecharlo.
Después de un paseo romántico por las orillas del Sena, Mackenzie y Hassan decidieron cenar en un encantador restaurante francés, donde disfrutaron de una cena a la luz de las velas. Entre sorbos de vino y bocados deliciosos, se perdieron en la intimidad compartida, fortaleciendo su vínculo y recordándose mutuamente el amor que compartían.
— Este lugar es hermoso, ¿No te parece?
— Sí, es genial. Pero nada se compara contigo a mi lado.
— Eres un romántico.
— ¿Qué puedo decir? Estoy inspirado por ti.
— Deberías escribir poesía — Bromea
— Tal vez lo haga.
— ¡Hassan, detente!
— No puedo evitarlo — Sujeta su cintura para acercarla a él — Todo es mejor contigo.
— Y tú haces que todo sea aún más especial.
Estaban por darse un beso, pero ese momento romántico sería interrumpido por el mesero.
— Buenas noches, ¿qué les gustaría ordenar?
— Yo tomaré el filete mignon, término medio
— Y yo el risotto de champiñones, por favor.
Él mesero se queda viendo a Mackenzie y suele darle un sonrisa.
— Gracias. — Aclaró Hassan.
Él mesero suspira y se retira.
— ¿Te ha estado coqueteando el mesero?
— ¿Qué? — Su mirada vuelve a él — No, no lo creo...
— Parece que te estaba mirando mucho.
Sonríe y toma su mano — No te preocupes, estoy contigo. Y no me importa nadie más.
— Eso es lo que me gusta oír, cambiando de tema. Entonces, ¿cómo te ha ido en París? ¿Has tenido mucho trabajo?
— Sí, ha sido ajetreado. Estoy aquí por la Fashion Week.
— Wow, eso suena emocionante. ¿Tienes planes para los próximos días?
— Pensaba ir a algunos eventos más, pero ahora que estás aquí, podré sacar tiempo para explorar la ciudad contigo...
Al finalizar la cena, Mackenzie y Hassan caminaron de la mano por las calles iluminadas de París, admirando la belleza de la ciudad nocturna. En medio de la ciudad del amor, se sentían más unidos que nunca, sabiendo que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
— Bueno, creo que es hora de irnos.
— Sí, ha sido una cena encantadora.
Los dos se levantan de la mesa y Hassan coloca suavemente la mano en la espalda de Mackenzie mientras caminan hacia la salida del restaurante. Afuera, la noche en París está fresca y llena de vida
— Te acompañaré a tu hotel.
— Eso sería encantador, pero no quiero que te moleste.
— No es molestia en absoluto. Además, quiero asegurarme de que llegues a salvo.
— Entonces, ¿me llevarás a mi hotel, caballero?
— Por supuesto, señorita.
Los dos se encaminan juntos por las calles de París, disfrutando de la brisa nocturna y la compañía mutua. Hassan espera hasta que Mackenzie entra al hotel antes de seguirle. Juntos caminan por el pasillo hacia la puerta de su habitación.
— ¿Quieres pasar?
— Prefiero dejarte descansar. Tienes un día ocupado mañana.
— Entiendo. Gracias por acompañarme y por todo. Ha sido una noche maravillosa.
— Ha sido un placer. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo?
— Definitivamente. Buenas noches, amor.
— Buenas noches, chula. Descansa bien.
Se acerca y le da un beso suave en los labios. Mackenzie responde al beso con ternura antes de entrar a su habitación. Observa cómo las puertas del ascensor se cierran con suavidad y luego suspira, sintiéndose agradecida por el hermoso momento compartido esa noche. Con una sonrisa en el rostro, finalmente se da la vuelta y entra en su habitación, lista para descansar y recordar con cariño la compañía de Hassan.
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La Modelo ── Peso Pluma
Ficção Adolescente⋆ ࣪. ▒ 👩❤️👨 ━ La Modelo ! ꒱ ↷ ㅤㅤㅤ﹙ Peso Pluma fanfic﹚ ㅤ ❝ Siempre la más bella y ese estilo más bonita todavía ❞ Con tan solo escuchar el nombre Mackenzie Barker, el cantante Peso Pluma decide investigar sobre ella, y al verla queda instantanea...