Mérida y yo caminábamos por la arena unas cuantas horas hagas llegar a un pequeño pueblo. Buscamos un lugar donde cubrirnos del sol y comprar algo de agua.
Poco después de que descansáramos lo suficiente, Mérida me explicaba que "La estrella dorada" quedaba demasiados lejos, pero si teníamos suerte podríamos rentar un automóvil o algún transporte para que nos lleve más rápido, para evitar caminar tanto por todo el desierto. Accedí, y ella me explicó lo que era un automóvil y los demás medios de transporte, como por ejemplo: el automóvil nos ayudará a llegara a cualquier parte lo más rápido posible sobre tierra, que es similar a una carreta. El avión es un medio donde te lleva a tu destino por los aires, desde arriba.
-Como los pájaros.
-No, Hiccup, es como un ave de metal y vas adentro.
-Oh- fue lo único que dije, intentando imaginarme a un ave de metal y muchas personas dentro.
Seguimos caminando un poco mas en aquel pueblo, era mucho mejor que Escocia, por lo menos nos trataban un poco mejor que allá.
Había personas montadas en burros, un animal de "carga" según Mérida, sirven para ayudar a los humanos a cargar cosas pesadas y transportarlas a otro lugar. Claro que seria mas fácil hacerlo en alguno de los muchos medios de transporte que mencionó Mérida.
Me quedé paralizado cuando vi que el señor quien estaba en cima del burro le pego al pequeño animal, y el no estaba haciendo nada mas lo que le pedía aquel señor.
-¡Camina!- le gritaba. Podía notar que aquella criatura no había descansado en ningún momento- ¡¿Que esperas?!- le dio un latigazo, que hizo estremecerme.
-Hicc- me susurraba pero no veía nada, no me di cuenta que había cerrado mis ojos- Hiccup- tomó mi brazo y me llevo a otro lugar- Hiccup mírame- me pidió y eso hice. Me pidió que me sentará, y eso hice- ¿Que pasa?
-El... yo...
-Respira, suelta a tu... Chimuelo- me pidió amablemente. No me ha si dado cuenta que había estado apretando mas a Chimuelo a mi pecho, inmediatamente lo deje en el piso. Mérida me miraba preocupada- ¿Que paso?
-Ese señor golpeo... golpeo al burro- susurré intentando no balbucear. Mérida alzó la mirada y frunció el ceño y luego volvió a mirarme.
-Lo se, así es la gente.
-¿Odian a los animales?
-No, no toda la gente los detesta.
-Ese pequeño animal no hizo nada, solo seguía ordenes de su...- me callé mientras otra pesadilla me invadía nuevamente.
-Hiccup, Hiccup- me llamó Mérida, ca
-Nos trata como animales- me susurré.
-¿Que?
-Somos como ellos.
-Hiccup ¿que pasa?
-El... el señor... le pegaba al burro sin que el hiciera algo malo.
-La gente es cruel. Piensa que los animales son tontos y que no sienten y que tienen poder sobre ellos pero están equivocados. Son unos idiotas. Los animales piensan y sienten, son seres vivos.
-¿Y las personas que tratan a otras personas como a ese burro?
-Son personas dañadas. Empiezan con animales y terminan con humanos. Les gusta ver a las personas sufrir.
Sentía mis ojos arder, las lagrimas se acumularon en mis ojos rápidamente.
-Yo soy el burro- dije a la nada- nosotros somos los animales.
Sentí algo rodeando mi cuerpo, di un respingo y salí de mi trance para ver que era Mérida, que al parecer estaba abrazándome. Le correspondí el abrazo y escondí mi cara en su hombro.
-Tranquilo- me repetía un y otra vez mientras acariciaba mi cabello. Necesitaba a alguien a quien abrazar y me alegraba que fuera ella quien se apiadara de mi en desarme un lindo gesto como este.
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Mericcup: Prisioner
RomansaHay una prisión, en una parte muy antigua del mundo, un pozo, donde los hombres son arrojados para sufrir y morir. Pero aveces, un hombre asciende de la oscuridad. A veces, el pozo manda algo de vuelta. Hiccup ha vivido dieciocho años en prisión, t...