REGALOS & REFLEXIÓN

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Emma permanecía en silencio y no sabía si eso era realmente una respuesta.

—¿Bea? ¿Bea te dijo...?

—No—me interrumpió—. No me ha dicho nada, no al menos directamente.

—¿Qué significa eso?

—Solo que... Bueno, hace un tiempo me dijo que tenía mucha suerte de haber podido casarme con el chico que amaba...—Hizo una pausa—. Aunque quizá sea solo cosa mía—se encogió de hombros.

—Pero, ¿Cómo voy a casarme con ella si ni siquiera vivimos juntos?

Suspiró.

—Hermanito, en su momento, ni Sam ni yo ganábamos mucho dinero, pero nos queríamos tanto que no nos importó el dinero, solo buscamos un hogar para nosotros... Bea y tú están ganando lo suficiente como para compartir piso, como hicimos Sam y yo, claro, que ahora tuvimos que buscarnos una casa sin más remedio para Liam y Logan, pero me entiendes ¿no?

Me quedé callado, no sabía qué decir. ¿Siempre pude vivir con ella?

—Puedes vivir perfectamente con Bea, Jack. De hecho, nuestro antiguo apartamento sigue vacío, podríais vivir allí perfectamente.—Hizo una pausa—. Solo piénsalo, Bea es una chica fantástica, y te quiere, no entiendo cómo, pero te quiere.

Ella se acercó para tomar a Logan.

—Hola, mi bebé—le hizo unas carantoñas y salieron de la cocina.

Me quedé ahí parado, sin saber muy bien qué hacer. Es decir, claro que quiero vivir con Bea, joder. Pero... ¿Y si el hecho de vivir juntos cambia algo entre nosotros? Siempre escuché que la convivencia mata el romanticismo, pero Emma y Samuel vivieron perfectamente juntos, y ahora se casaron y tuvieron hijos... Me pregunto si Bea querrá lo mismo, si ella también querrá tener mi mismo que tiene Emma, si ella querría su propia casa y una familia...

Familia.

Así a priori a la mayoría le parecerá precioso, incluso algunos lo consideran un estilo de vida, o una obligación. Parece un sencilla y bonita palabra, pero asusta mucho más de lo que parece. Da miedo porque no es una pequeñez, es un gran paso en tu vida que lo cambia todo, una gran responsabilidad... No quiero decir con esto que sea horrible, pero no es fácil... Y menos para mí, que en mi vida pensé que tendría una relación tan duradera como con la de Bea. Supongo que hay que ir por pasos, y lo cierto es que realmente quiero vivir con Bea. Casados o no, con hijos o no, quiero estar con ella. Eso es lo único que tengo claro.

—¡Ya volví!—Mamá entró en la cocina—. Ya puedes irte, Jackie—me plantó un beso en la mejilla y salí de allí.

Al entrar en el salón se me enterneció el corazón. Vi a Bea tumbada en el suelo, Liam estaba estaba sentado a horcajadas en su tripa en un intento de «hacerle cosquillas». Logan, por otro lado, jugaba con el cabello de Bea. Ella tomó a Liam y le hizo muecas, divertida, y éste reía. Emma y Samuel los contemplaban desde el sofá, riendo. Papá negaba con la cabeza, divertido.

Eran la viva imagen de una familia feliz.

Fue entonces cuando papá se percató de mi presencia.

—Hey, Jack, ¿Qué haces ahí parado?—Enarcó una ceja y cerró su libro.

Todos volvieron sus cabezas hacia mí, incluyendo a mis dos sobrinos y a Bea.

—¡Hey, Jack! ¿Te unes a la fiesta? Estos dos no paran de hacerme cosquillas, ayuda—Propuso Bea, divertida.

—Cómo negarme.

Bea creía que iba a rescatarla, pero en su lugar... Me puse de rodillas, junto a ella y esbocé una sonrisa pícara.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora