EN SON DE PAZ

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Se me estaba haciendo eterna la clase. Cada segundo que pasaba era una agonía, ¡Y el profesor parece que lo hace aposta! Habla de una manera muyyy leeenta, y que te entran ganas de arrancarte los oídos y que te trague la tierra; por no mencionar que la asignatura en sí ya es una mierda.

Y al final, después de tanta tortura...

—... del funcionamiento de la tabla de Karnaugh y...—el timbre le interrumpió.

Glorioso timbre.

El profesor ni se molestó en despedirse, de hecho, se marchó antes que yo—para que el profesor odie las clases, imagínate...—.

Me encontraba aún en la dichosa aula de tecnología e ingeniería. Ya recogía mis cosas a toda prisa para irme lo antes posible. Cuando de repente escucho un golpe en la mesa y un pequeño temblor de esta. Alcé la vista y vi que tenía delante el libro El rey malvado.

«Pero ¿Qué...?»

Alcé aún más la vista y vi a Jack, parado enfrente, con las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros.

Parpadeé perpleja. ¿Jack me acababa de dar un libro? ¿Había atravesado algún portal que me llevase a otro universo o algo así?

—Te prometo que el libro no tiene ninguna trampa, puedes cogerlo—bromeó.

Yo aún seguía medio en shock, porque... ¿Por qué demonios él me iba a regalar algo así porque sí?

—¿Y el truco?—Me atreví a preguntar.

—¿Truco?—Frunció el ceño—. Por Dios, Bea, no hay ningún truco ni trampa. Es solo un regalo por mi...
—mordió su labio inferior, estaba claro que a él también le costaba hablar de eso—. Por eso que hice... Digamos que es un... ¿Regalo de reconciliación?

—Creí que ya te había dicho que todo estaba bien—Enarqué una ceja.

Jack soltó una risa amarga.

—Claro, porque tu expresión, tu tono... Todo en ti indicaba que claramente NO estábamos bien—se pasó la mano por el cabello—. Quería compensarte de alguna manera, eso es todo—desvió la mirada.

Titubeé un poco antes de tomar el libro. Era el segundo libro de la trilogía que había comprado, de hecho, compré el primer libro en su librería... ¿Por eso supo qué libro me gustaría? No pude evitar sentir un pequeño cosquilleo por dentro al pensar que él realmente se acordó de mí y me hizo un regalo, pero me recordé a mí misma «Bea, solo es Jack intentando enmendar su cagada. A ti solo te ve como a una más del montón. No empieces a ilusionarte ahora otra vez.»

—Bien, gracias—esbocé una leve sonrisa.

En mi interior estaba gritando de la emoción, y sin embargo, por fuera intenté mantenerme impasible, indiferente... No quería que Jack supiera que era fácil de aplastar y que pudiera tenerme de nuevo con un detalle—que prácticamente así era—, pero eso él JAMÁS debe saberlo.

—¿Todo bien, entonces?

Asentí.

—Sí.

Guardé el libro y me dispuse a salir cuando Jack me agarró del brazo.

—Bea, ¿Segura que todo está bien?
—preguntó, desconfiado.

El simple hecho de saber que él ahora mismo me está tocando, con un simple roce ya conseguía ponerme el corazón a mil.

«Calma, Bea, Jack no siente nada por ti.»

—Sí, de verdad—pasé un mechón detrás de mi oreja.

A pesar de que respondí, él no me soltó y empecé a ponerme nerviosa. Jack no me agarraba con fuerza, su agarre era suave y cálido... Pasó un minuto y Jack no me soltaba, y yo tampoco hacía esfuerzo alguno por moverme, ¿A qué espera Jack para soltarme e irse? Sentía que me desmayaría en cualquier momento.

—Bea, de verdad que lo siento... Nunca quise lastimarte—Jack rompió el silencio.

Vale, eso tampoco lo esperaba, ¿Qué estaba pasando hoy?

—N-no...—carraspeé—, no te preocupes. D-de verdad que todo está bien. Si me sueltas...

Jack parecía no haberse dado cuenta de su agarre y terminó por soltarme cuando se lo pedí.

«Estúpida, Bea.»

Tan pronto me soltó, empecé a sentir fría la zona donde Jack me tenía agarrada, ni rastro de su cálida mano. Mierda.

Jack asintió, esbozó una pequeña sonrisa y se marchó con las manos metidas en los bolsillos de nuevo.

Yo me quedé ahí parada procesando todo lo sucedido en menos de cinco de minutos, a ver, ¿Jack me regala un libro que deseaba, se disculpa sinceramente y me sostiene del brazo para confirmar? Si me hubiera preguntado lo último que esperaba hoy, definitivamente hubiera dicho «A Jack.»

Las clases pasaron, y sin embargo, yo seguía estancada en el recuerdo de esta mañana. Jack dándome el libro, tomándome del brazo... Era lo único en lo que pensaba. Afortunadamente hoy no tocaba club, por lo que no tendría que ver a Jack y podía ponerme a leer el nuevo libro, al fin.

Me duché y fui a recostarme en mi cama, lista para leer un rato antes de dormir, pero nada más abrirlo, en la primera página había un post it.

Bea, lamento haberte herido así. Quería que supieras que no era cierto, pero en verdad mis amigos pueden llegar a ser muy molestos. Espero que me perdones.

Jack.

Jack...

No te hablandes, señorita.

Cállate conciencia, ¿No puedo tenerle un poco de ternura por esa nota?

Esa «ternura» ambas sabemos que se convertirá en cariño después y terminarás enamorándote como te pasó con tu ex.

Ag, cállate, estúpida. Jack es distinto, lo sé.

Sí, seguro. O eso quiere hacerte pensar...

¡Déjame en paz!

Luego no vengas llorando cuando te rompa el corazón OTRA VEZ.

Te odio. Maldita conciencia...

****
Jack

Según Bea, ya estábamos bien, o eso espero porque vamos a vernos muy a menudo y no quisiera estar a mal con ella. Me hubiera gustado saber más, pero si expresión de hoy parecía totalmente neutral a todo, ¿Le gustó realmente el regalo? Espero que Emma no me haya engañado y le haya regalado un libro horrendo, ¿Bea, me odiará y se estará aguantando las ganas de patearme? Yo lo haría.

¡Ash! ¿Por qué todo es tan complicado? Es decir, no fue para tanto ¿no? ¿O sí? Diré simplemente como Sócrates: «Solo sé que no sé nada.» ya creo que mejor dejo el tema ya. Me disculpé. Le hice un regalo. Punto.

Y ahora, a seguir con mi vida como lo había estado haciendo hasta ahora, ¿Obstáculo? Bea es como mi «jefa» en el club, y eso va a joder algunas cosas...

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora