Capítulo 3

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Luego de unas cuantas horas de caminata ―de él caminar y yo estar enganchada como un koala a su espalda― llegamos a un pequeño riachuelo.

El chico me deja en el suelo y, sin dirigirme siquiera una mirada, se acerca a la orilla para mojarse la cara y el cabello. Aprovecho para acomodarme la camisa que se me subió un poco durante el trayecto y ya que estamos aprovecho para observarlo mejor.

Ya me había dado cuenta que sobrepasa por mucho la estatura común de cualquier hombre Ruso; es delgado, pero no delgado desnutrido, al contrario, su apariencia es de alguien que está acostumbrado a hacer mucha actividad física y por eso se mantiene en forma. Su cabello negro azabache contrasta con su piel pálida, no es largo pero tampoco corto, diría un punto medio. Y tiene una nariz perfilada muy envidiable si soy sincera.

El chico se levanta y mi repaso termina, tampoco quiero parecer acosadora. Aunque la pinta de acosador barra secuestrador en realidad la tiene él.

Me pasa por un lado y se sienta en un tronco caído cerca de la orilla. Dudo, pero, ya que no hay otro lugar donde sentarme, también me siento en el tronco, en el otro extremo, lo más alejada posible de él. Nos quedamos en silencio, él con la vista fija en el agua fluyendo del riachuelo y yo observando de reojo que no haga nada extraño.

―¿Me dirás a dónde me llevas?

El chico frunce el ceño, pero sigue con la vista al frente, ignorándome.

―No se te va a caer la lengua por hablar, ¿sabes? ―refunfuño.

―Irás a un lugar donde estarás protegida.

Una respuesta ¡Bravo!

―Define "un lugar".

―Uno en el bosque, habitado de seres vivos capaces de defenderse si llega alguien no bienvenido.

―¿Una ciudad subterránea? ¿Unas casitas en los árboles?

―Un pueblo ―El chico frunce el ceño ―... en la tierra.

Un pueblo...

―Creo que eso me sirve ―Asiento ―. Mi pregunta ahora es: ¿Por qué ese hombre perturbador me quiere asesinar?

―Es toda una organización la que lo hace.

Un ligero escalofrío me recorre de pies a cabeza.

Esto tiene que ser una broma.

Toda mi vida fue normal, ingresé tarde a la escuela, hice algunos amigos, me gradué un año antes obra de mi abuela y su amistad con la directora, me encerré en casa, corté comunicación con casi todo el mundo cuando empecé a tener unos extraños ataques de ansiedad, salíamos de vez en cuando a pasear. Todo normal.

No fui una niña superdotada como para que me quiera buscar la NASA, no cometí un asesinato como para que me esté buscando la policía, no nací luego de que mamá tomará té de una flor mágica que me dio poderes mágicos como para que me estén buscando para robármelos... y cualquier otra cosa que en este momento no me acuerdo para usar de ejemplo.

―¿Y se supone que tu lo debes evitar?

―Se supone.

Me inclino un poco para observarle mejor el rostro.

―Pues no tienes cara de evitar que me asesinen.

El chico alza una ceja y voltea hacia mi con lentitud.

―¿Y de qué tengo cara?

―De el chico malote que precisamente es quien me va a asesinar. ¿Sabes? Como en las películas donde la protagonista tonta se enamora del chico desconocido pero guapo, que se van lejos a pasear y la mata a sangre fría, entonces después aparece un policía que tiene que resolver el caso y descubre que...

Beham - [Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora