Beham
―Cuerda de ineptos, un solo trabajo tenían ¡Uno! ―gruño, mirando a la fila de individuos frente a mí.
―Señor ¿Cómo podíamos darnos cuenta del intruso si ni siquiera usted fue capaz de detectarlo? ―dice Misha, uno de los recién ingresados al grupo de defensa.
Me paro frente a él, con la mandíbula apretada y ya sintiendo la picazón en mi brazo.
―¿Estás excusando tu falta? ¡Ustedes deberían ser perfectamente capaces de darse cuenta, por algo obtuvieron el ingreso!
―Lo siento señor, yo...
No lo dejo terminar y mi puño va directo a su cara con toda la furia que llevo conteniendo desde hace rato.
La cabeza del joven se va hacia atrás, junto con su cuerpo, que cae en seco al suelo. Me agacho a su lado y lo alzo de la camiseta.
―Por tu culpa dos personas resultaron heridas ―digo, con los dientes tan apretados que un ligero pitido se dispara en mis oídos.
Ella resultó herida.
Y lo que más furia me da es que yo no llegué a tiempo para evitarlo.
―Beham ―advierte el imbécil de Gal, acercándose.
Dejo al chico quieto, no porque quiera sino porque Gal, al igual que yo, es uno de los que tiene más rango dentro del grupo, sigue estando bajo mis ordenes pero, para mi desgracia, su opinión también es una de las que más cuenta, y eso me puede meter en un problema.
―¿Pretendes que se quede así? Su ineptitud pudo haber causado un desastre en el pueblo entero.
En realidad eso es lo que menos me importa.
―No busques culpables al azar solo porque estás enojado porque tocaron a tu chica ―dice ―. Él tiene razón, si ni siquiera tú fuiste capaz de detectar el rastro mucho menos nosotros.
Suelto un gruñido de advertencia y él se cruza de brazos.
―Piensa con la cabeza y no con el corazón.
¿Y qué cree este imbécil que es lo que he hecho desde que tengo trece años?
―Llevale el reporte a Faddei ―ordeno ―. Avísale que restablecí los turnos normales de guardia nocturna porque ya el individuo está encerrado.
Le paso por un lado y salgo de la cabaña en dirección a la de Valenka. Fue necesaria su intervención porque los del grupo de enfermería no están capacitados para algo de esta magnitud.
Entro sin tocar, a Valenka le enoja que haga eso, pero no me puede dar más igual. Me basta solo con su olor para saber que está en la habitación del fondo, la que está llena de los mismos artilugios que habían dentro del laboratorio.
Una vez más entro sin tocar. Valenka da un brinco y me reprocha con la mirada.
―¿Cómo está?
Valenka aleja el extraño aparato del tórax de Sasha.
―Tiene tres costillas fisuradas, un hombro luxado, se le soltaron los puntos de la espalda y raspones en los brazos.
Me acerco a Sasha, fijándome en el oscuro moretón en su mandíbula y mejilla.
Aprieto la mandíbula. No sé qué cara estaré colocando, pero Valenka agrega:
―Los moretones no son algo de que preocuparse; le cosí de nuevo los puntos y el hombro ya lo regresé a su lugar. Lo que requiere atención en este momento son las costillas.
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Beham - [Secretos]
Teen FictionSu apariencia era intimidante y peligrosa, pero él no me haría daño, no a mí. ¿Quién hubiera pensado que de un momento a otro mentiras del pasado saldrían a la luz? Y menos aún, ¿quién habría imaginado que ese chico serio y misterioso sería una piez...