Las manos de Hag se mueven hábiles mientras su mirada se mantiene concentrada en la pata dañada de la mesa del comedor. Luego de cortar, medir y lijar los trozos de madera a cambiar, pasa martillar unos clavos en esta; mientras, observo con atención todos sus movimientos aunque no entiendo mucho de lo que hace. Termina de dar un último martillazo sobre el clavo y pasa a tomar una lija para, según su explicación, eliminar cualquier astilla que pueda haber. Finalmente, aplica una capa de barniz por toda la mesa y la deja a un lado mientras seca.
―Como nueva ―dice.
―¿Qué cosas te gusta construir? ―pregunto, para hacer conversación.
―En definitiva mesas no ―resopla y se concentra en lijar un pedazo de madera que hasta el momento no tiene forma ―. Me gusta hacer armarios o camas.
―¿Por qué?
―Puedo hacerle los diseños que quiera. Una mesa va a ser redonda o rectangular y ya, una silla tendrá cuatro patas. A un armario le puedo hacer la cantidad de compartimientos que quiera, alguna que otra gaveta oculta, diferentes diseños a las puertas. Y las camas pues... ¿A quién no le gustan las camas?
―Las camas son cómodas.
En la mañana, Yla me dijo que estaría ocupada ya que al acercarse el invierno tienen que preparar muy bien sus reservas, así que me tocó quedarme con Hag para no aburrirme.
Estamos en la zona donde el grupo de construcción se reúne, solo hay una cabaña abarrotada de herramientas de construcción y de tablas de madera. Está relativamente lleno de personas, hombres en su mayoría, pero cada quién está centrado en lo suyo, haciendo cosas que no alcanzo a ver y que tampoco me interesa averiguar.
―¿Hace cuánto ingresaste al grupo? ―Subo mis piernas al banco en el que estoy sentada, buscando más comodidad.
―Dos meses.
―Oh, pues se te ve mucha destreza para solo llevar dos meses.
Hag sonríe.
―Tomaré eso como un cumplido, aunque en realidad soy el más novato de todos.
―Y en realidad yo nunca había observado a alguien arreglar una mesa así que cualquier cosa me puede sorprender ―Me encojo de hombros.
Hag me mira con falsa indignación y se lleva una mano al corazón.
―Fingiré que no escuché eso y me quedaré con el cumplido.
Sonrío, divertida.
―Oye Hag ―Me aclaro la garganta ―, acá cambiando de tema ¿Beham siempre es así de...?
―¿Callado? ¿Amargado? ¿Malasangre? ―concluye por mí, lanzándome una mirada de "te entiendo"
Asiento.
―La gran mayoría de las veces sí.
Vaya, así que no es solo conmigo. No sé por qué pero saberlo me alivia un poco.
―Se ve que se tienen confianza y eso que él no tiene cara de querer hacer muchos amigos ―comento.
Hag deja la tabla de madera a un lado y se sienta en el suelo.
―Yla, él y yo nos conocimos unos días después de escapar del laboratorio. Yo me había roto el brazo y él dijo "no tiene remedio, tendrás que quedarte así" luego apareció Yla de la nada, le metió un golpe y dijo "no seas tonto, habrá que cortarlo" y desde ese momento nos hicimos amigos ―Una sonrisa asoma en sus labios.
―No pues, que tierno ―digo entre risas que luego son acompañadas por Hag ―. Pensé que le caía mal.
―Es así con todos, no te preocupes.
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Beham - [Secretos]
Teen FictionSu apariencia era intimidante y peligrosa, pero él no me haría daño, no a mí. ¿Quién hubiera pensado que de un momento a otro mentiras del pasado saldrían a la luz? Y menos aún, ¿quién habría imaginado que ese chico serio y misterioso sería una piez...