🔥CAPITULO 40🔥

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SIN EDITAR.

Un día después…

🔗<<{Finn}>>🔗

Thom: Los chicos dijeron que la tuvieron encerrada toda la noche por causar problemas, hace media hora la soltaron.

Finn: No se podía esperar que se portará bien, es imposible.

Se verá como una jodida princesa, delicada y dulce, pero está loca, entrar a una prisión de máxima seguridad por diversión lo comprueba.

Nathan: Tomen esta foto, la verá y sabrá que todo está como lo pidió.

Finn: ¿A dónde vas tú?

Desde que la princesa entró en prisión él y Nolan han estado más misteriosos que de costumbre, pero como sé que nunca le harían nada malo a ella no me preocupo tanto.

Nolan: Por papitas y a cazar, todavía quedan unos días para que salga mi princesa y estamos un poco…

Finn: Desesperados.

Thom: Maniáticos.

Nathan: Vayan antes de que me arrepienta y vayamos nosotros en su lugar.

Ni lentos ni perezosos salimos del carro y caminamos los pocos pasos que nos separan de las puertas de la prisión en la que nuestra mujer se encuentra, nos abren la puerta ya sabiendo que vendríamos porque programamos esta “visita” con anticipación.

Aparte de que somos oficiales y conocemos a la mayoría de aquí, nadie nos negará el acceso a nuestra mujer ni aunque no hubiéramos programado una visita.

Thom: Agnes Becker ¿Dónde está?

Oficial: Por aquí.

Nos señala un pasillo y espera que lo sigamos, lo cual hacemos porque aunque sabemos que está aquí no sabemos exactamente dónde y recorrer todo este lugar en su búsqueda me llevaría mucho tiempo y no tenemos tanto.

Cuatro pasillos y más de veinte celdas después nos señala la celda que está al final del quinto pasillo por el que pasamos, frenamos fuera de está, nuestra mujer nos nota y sonríe de oreja a oreja antes de ponerse de pie, el recluso que es compañero de ella nos mira con dagas en los ojos y sube a la cama ignorandonos.

Oficial: Solo puede entrar uno, el otro tiene que esperar aquí.

Finn: Eso no fue lo acordado.

Oficial: Es una persona por recluso.

Finn: Son dos reclusos.

Señaló al compañero de celda de mi mujer.

Oficial: No lo conocen.

Thom: Está bien Finn entra tú.

No le contesto a mi amigo, en cambio agarró del cuello al oficial y lo estampó contra los barrotes.

Finn: Está vez haré caso, solo porque no quiero hacerle pasar un mal momento a mi mujer, pero si lo haces la próxima te mataré, dile al imbécil de Edgar que ni él, ni tú me alejaran de ella.

Lo suelto tirándolo al suelo y mientras tose no pierdo el tiempo y entro, mi mujer se abraza a mi con tanta fuerza que se me hace complicado no cargarla y llevarla a la casa.

Agnes: Los extrañé tesoro.

Finn: Princesa —ignoro la risa resoplada del compañero de celda de mi mujer porque no me interesa saber que le causa gracia— ¿No te parece que es momento de que salgas de aquí?

Compañero: Como si fuera tan fácil.

Ruedo los ojos y no lo miro, porque en realidad para mi mujer si es fácil salir de aquí.

Tanto como entrar.

Agnes: Ya hablamos tesoro, tengo asuntos pendientes aquí.

Compañero: ¿Qué persona trastornada tendría asuntos que atender aquí dentro? Ella por supuesto.

Agnes: ¿¡Estúpido me dijiste trastornada!?

Qué raro mi mujer haciendo amigos tan rápido, ya ni siquiera me asombra.

Finn: Puedes ignorarlo un momento y prestarme atención.

Compañero: Chernóbil.

Finn: No soy tóxico.

Compañero: No claro y yo no mato gente.

Agnes: Yo tampoco.

Sonríe inocente y corre a besar a Thom por entremedio de los barrotes, el compañero de mi mujer me mira y mira la escena melosa que hacen ellos, seguro espera que haga una escena de celos, pero como dije, no soy tóxico y es su prometido también.

Compañero: ¿Eso no te molesta?

Miro como ambos se sonríen y se acarician las mejillas pareciendo la pareja más enamorada y sonrío.

Finn: No.

Compañero: A mi sí.

Miro con curiosidad al hombre que mira atento la interacción de mi mujer y mi mejor amigo.

Finn: ¿Sabes que ella tiene un gusto peculiar verdad? No está solo conmigo y tampoco solo con mi amigo, tiene más hombres.

Compañero: Imposible, ¿Qué le hicieron? ¿Cómo la manipularon para que acepte más de un hombre?

Se pone de pie y viene hacia mí con los puños apretados, se para frente a mí intentando intimidarme con su altura, pero no funciona porque medimos lo mismo y yo no me intimidó con cualquiera.

Compañero: ¿Pidieron su consentimiento?

Finn: Cálmate Superman, la que nos manipuló fue ella, la que nos eligió también fue ella y si no me crees vuelve a tu cama y mira.

A regañadientes se vuelve a acostar, me doy vuelta y miro a mi preciosa mujer sonriendo y hablando con Thom.

Finn: Princesa sabías que una oficial se nos acercó cuando entramos y nos pidió el número —la sonrisa se le borra y me mira— no pudimos negarnos ¿No te molesta verdad?

Mira a Thom quien me mira sin entender de lo que estoy hablando o que estoy haciendo.

Agnes: ¿Eso es cierto tesoro?

Thom: Princesa yo…

Agnes: Ustedes no harían eso ¿Verdad? Me aman, yo me pondría muy triste si dejarán de amarme.

Thom: Pero princesa nosotros no…

Finn: Solo le pasamos el número princesa, ahora que estás aquí no podemos verte siempre y a ella sí, tienes más hombres, no creo que te moleste que nos veamos con otras personas.

No entiendo cómo mi rostro sigue serio, porque por dentro estoy riéndome a carcajadas al ver el ceño fruncido de mi mujer y las lentas respiraciones que intenta tomar para calmar toda esa locura que tiene dentro.

Thom: ¿De qué mierda hablas?

Agnes: Ustedes no pueden ver a otra, ustedes son míos, mataré a cualquier persona que vean que no sea yo, no sé si no entienden, pero el anillo en sus dedos deja en claro que tienen dueña y soy yo, solo yo.

Agnes. 6°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora