🔥CAPITULO 27🔥

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SIN EDITAR.

😈<<{Agnes}>>😈

Carla: ¡Cómo te atreves a hablarle así a mi esposo!

Juro que me reiría de que la mujer piense que su esposo es como un dios todopoderoso, deberían de haberle avisado que se casó con el hombre equivocado.

Miro al precioso castaño que me metió en estos dramas y le sonrío.

Agnes: Tesoro, me dejarías sentar.

Apoya su espalda en el respaldo y se va un poco hacia atrás, ante los ojos atentos de las dos perras y el inútil de mi suegro me siento en sus piernas, descaradamente subo mis pies en la mesa y los cruzo.

Es una total falta de respeto, lo sé, mi madre me enseñó bien, pero es lo que estas personas necesitan, al parecer muchas personas aún consideran a este hombre como un peligro, necesita un golpe de realidad para darse cuenta de lo bajo que ha caído.

Miro a uno de los hombres de seguridad, le huye a mi mirada, como muchos otros, puedo ser un ángel por fuera, pero soy una Becker, soy una jodida reina y a mí ninguna arrimada me va a rebajar, primero se hiela el infierno antes de que alguien me diga puta por tercera vez.

Agnes: Oye, ¿Cómo te llamas?

El hombre centra su mirada en mí, solo en mis ojos y eso me hace sonreír.

: Josías señorita.

Maria: ¡Nadie te dio permiso para responder!

Agnes: A ti nadie te dio permiso perra, cállate o tendré que ponerte un bozal —miro al hombre otra vez sonriéndole— trae unos snacks, mi hermano se pone de mal humor si no come cada pocas horas y a mí un agua por favor.

El hombre sale despavorido a cumplir con lo que pedí mientras ambas mujeres me miran, el gordo horroroso de mi suegro mira a su hijo como si quisiera matarlo y sonrío porque antes de que él llegue a tocar uno solo de sus cabellos el cerdo ya estaría desmembrado.

Carla: ¿Con qué derecho crees que puedes darle órdenes a mis hombres?

Agnes: ¿Tuyos? Creí que el poder era del cochinito.

Pobre de esos animales, los estoy insultando.

María: ¿¡Vas a dejar que está mocosa te llame de esa forma cuñado!?

Agnes: Claro que lo hará —le sonrío al hombre que me trajo la botella de agua— muchas gracias Josías, ¿Podrías hacerme otro favor?

Josías: El que necesite señorita.

Abro la botella y miro a mi suegro con una sonrisa ladeada

Agnes: Cuéntale a las dos perras quién soy.

Josías: Usted es Agnes Becker, hija de Alessia Becker, la reciente líder de las mafias…

Le explica cómo todo bien soldado que soy la heredera de varias mafias por parte de mi padre y de otras más por parte de mis padres, con cada palabra que él dice un nuevo nivel de palidez se asienta en los rostros de las perras y mi suegro cada vez baja más los ojos, mi sonrisa es jodidamente enorme mientras juego con la botella en mis manos.

Es tan divertido cuando su rostro refleja la enorme equivocación que cometieron.

Agnes: Muy bien, creo que ya se entendió, ahora suegrito ¿Quien es usted? —levanto la mano para callarlo cuando iba a contestar— soy respondo está —le sonrío— usted es un estorbo, un inútil que lo único que hizo bien es engendrar a mi prometido, no sirve como esposo, no sirve como padre, no sirve como amante o líder, es un viejo asqueroso, que lo único que sabe hacer es buscar mujeres jóvenes para follar a cambio de dinero, para matarlas cuando te aburras y volver a casarte con la primera que se te cruce, en este caso iba a ser la copia sarnosa ¿verdad?

Carla: ¿De qué habla está estúpida Mihail?

María: No ves que solo dice esas cosas para hacerlos pelear, es mentira.

Agnes: No sé… ¿Alguna vez le preguntaste a tu hermana a dónde va todos los miércoles a las dos de la tarde? ¿Nunca te preguntaste porque casualmente es el día en que tu esposo va a buscar el dinero de sus clubes?

Carla: ¡Eres una mentirosa! ¡Ella no me haría eso!

Me encojo de hombros.

Agnes: Como tu digas —asiento con la cabeza mientras me pongo de pie— fue un almuerzo entretenido aunque no haya comido nada, les dejo discutir sus asuntos —miro a mis hombres— los invito a comer tesoros vamos.

Todos asienten con la cabeza, Andrei se pone de pie sonriéndole victoriosamente a su padre y me toma de la mano.

Andrei: Aunque no agradezco que matarás a mi madre, agradezco las mierdas que me hiciste pasar padre, porque sin eso nunca habría conocido a una mujer como la mía, una mujer capaz y fuerte que no necesita ser mi colgante, una mujer hermosa, sexy y sobre todo, con poder.

Empezamos a caminar, pero al llegar a la entrada de la sala freno a Andrei y le sonrió antes de mirar por encima de mi hombro a la esposa del cerdo.

Agnes: Haste análisis de sangre, hazle a tu hermana también y no le creas nada, es tan víbora como tú, si aún no me crees su número de cuenta es 378-652-2685, revisa como todos los miércoles le llegan los pagos por sus servicios —miro a la sarnosa— de puta.

Con una sonrisa en el rostro salgo feliz de haber creado semejante infierno para esas tres personas, aunque todavía es poco en mi opinión y volveré en unos días.

Cuando se amiguen y digan que pueden compartir la fortuna y robarle todo a ese viejo asqueroso.

Nadie tocará lo que por derecho es de mi prometido, ni siquiera su padre.

Agnes. 6°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora