Ódiame porque que lo que hize es lo correcto.

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Cap 2.

[Resumen;
Adam come la manzana para estar con Eva. Sabiendo que Dios siempre lo estaría mirando por lo que hizo]

El paraíso era un lugar hecho para las almas más puras y hermosas que Dios había creado. Tres niños, tres adultos sin edad. Adam sabía eso, porque el nació sin madre. Nació de la costilla de Dios junto a sus medias naranjas. Su otra mitad. Porque los tres provenían de la misma costilla de Dios. Uno de la costilla derecha y el otro de la izquierda.

Todos eran parte del polvo de estrellas, barro y la costilla de Dios. Pero ninguno permaneció puro en su totalidad.

Lilith fue una de ellas. Amo a otro hombre y engaño a su pareja por otro. Dejando el paraíso solo para darse cuenta de que había pedido el paraíso por su egoísmo y no podía retractarse.

Adam era uno de ellas. Amaba a la mujer pero eran tan iguales que se había peleado con Lilith en varias ocasiones por sus diferentes puntos de vista. Y su amada Eva se fue antes que el y lo traicionó.

Adam también sabía que su amada Eva se fue antes que el y lo traicionó. Solo por morder la manzana de lucifer y acostarse con el. Eso le dolió mucho ocacionando que se cerrará ante otras emociones que no entendía.

Y Eva también era una de ellas. Mordió la manzana por la ingenuidad que sentía y tocó a otros por placer mientras engañaba a su marido. Con el propio lucifer.

Lucifer era codicioso e envidioso, el quería tomar las cosas de otras y hacerla suya sin importarle si lastimaba a lo que consideraba suyo. Adam iba a hacer uno de los pecados de morder la manzana.

Dios los vio con neutralidad y seriedad.

En el paraíso, Dios los estaba mirando con ojos neutrales y entendió que cada uno de sus hijos se iba uno en uno. Pero solo uno permanecía en su estado puro ante el dolor y sufrimiento que sentía.

Primer Lilith, luego Eva y al final Adam. Ese era el orden que se haría en corromper un alma.

Pero Adam aún conserva el polvo de estrellas por su puro deseo de no dejar sola a eva en el desierto que iban a ser desterrados. Dios lo sabía. El era alguien que seguiría a su amante para apoyarla.

Para no cometer el mismo error que había hecho.

Dios vio como su hijo y Adam solo tomo la mano de Eva mientras salían del paraíso con culpa viendo que Eva no le apretó la mano ante el miedo que sentía Adam por primera vez en esta fuera del paraíso.

Y Dios solo vio.

Adam se mantuvo firme en el lugar desértico en el que se encontraba sabiendo que el debía ser el hombre que debía proteger a los más débiles. Ah Eva.

Eva solo le dio una sonrisa mientras recordaba el fruto prohibido que había probado.

La manzana y el placer de conocer las cosas que nunca antes había visto.

El desierto era caluroso y duro.

Adam camino en la arena sucia sintiendo sus pies ensuciarse por la arena y miro a Eva quien estaba cambiando con el en el desierto.

Ambos guardaron silencio mientras caminaba en el desierto, Adam sintió que el viento lo tocaba con el calor indicándole una dirección. Dios no lo había abandonado.

Dios lo estaba dando una dirección para salir del desierto, Eva y Adam tenían los pies manchados con sangre por tanto caminar. Los dos resistieron.

El hombre noto lo cansado que estaba su amante el solo cargo a Eva para que no se lastimara más ocacionando que el dolor fuera solo para el

Eva solo miro hacia adelante sin importarle que Adam estuviera aguantando y ambos encontraron su nuevo hogar. Dándose una nueva oportunidad.

Un lago, unos árboles.y animales. Dios solo los vio. Sabiendo que Adam volvería con el tarde o temprano.

Sus alas doradas eran símbolo de su pureza e inocencia, diferente de su boca que decía mentiras para encajar con su ego y para  protegerse.

Pero Dios lo sabía.

Y lo perdonó.





Adam Hazbin HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora