Capítulo 16: Lo Apto Y Lo Que No

250 31 3
                                    

1 Pov: Andrei

La historia del día de hoy transcurre algunos días después de que Ludeus cumpliera los 10 años, Ludeus, Ghyslaine y Eris se dirigieron a las afueras de la capital fortificada de Roa en uno de sus días libres, el mismo que poseen una vez a la semana.

Bueno, es cierto, tú no lo sabes pero en este mundo no existe el concepto de semana así que si alguien te pregunta fuí yo el que lo inventó. Una semana son 7 días, ha dicho el gran *****, osea yo... pero tú llámame Papá, ¿Entendiste? Pa-pá...

Cómo iba diciendo... Ellos salieron de la ciudad con el fin de ver el hechizo de Rango Santo de Ludeus, Cumulonimbo, ya que no se puede usar en lugares poblados por su poder destructivo.

Pero antes de llevar a cabo semejante hechizo, lo primero fué acostumbrarse al uso de la piedra mágica de Ignis Fang.

La piedra mágica del arma en las manos de Ludeus demostró ser capaz de elevar el funcionamiento de las escuelas de magia ofensivas en las siguientes cantidades, de la mayor a la menor:

Fuego: 400 por ciento
Viento: 300 por ciento
Tierra: 300 por ciento.
Agua: 200 por ciento.

En consecuencia, para dar el mismo resultado Ludeus únicamente tendría que reducir la cantidad de maná brindado al hechizo en cuestión en función al porcentaje que aumenta la piedra, al menos en la magia común, porque utilizando magia combinada la cosa cambia por completo y se vuelve un dolor de cabeza.

La Rabia del Rey Dragón de Fuego no es un arma común, muchos dirán que es sólo una espada con una piedra mágica incrustada, que no sólo la hace poco práctica por el añadido del peso; sino también un derroche de recursos y una idea estúpida de algún noble que quería presumir su dinero a algunas personas más idiotas que él. Pues todos sabemos que para conjurar hechizos necesitas efectuar un cántico, algo inviable para un guerrero que se mueve por la primera línea, del mismo modo que lo es para un mago que no puede sacarle provecho a una espada en la línea trasera. Es un arma que intentando ser dos cosas al mismo tiempo no logra ser ninguna. Se le sacaría más provecho usando la gema en un báculo de madera que potencie su habilidad para la magia, o sacando esa piedra mágica de la espada para ponerle una guarda.

O eso es un acumulado de la mayoría de comentarios que Ignis recibió durante su tiempo de uso, que en realidad es otra historia...

Ejem, "Yo, el gran Ludeus Greyrat presento ante ustedes el hechizo de Rango Santo de la escuela de Agua, Culumo... culo-... Col-¡Cumulonimbo!" Dijo -Aunque es un tanto obvio- Ludeus, apuntando el filo de su espada al cielo.

"¿Y eso?" Deteniéndose antes de iniciar a acumular el maná, vió como el cielo estaba cambiando de color; variando en tonalidades púrpuras y grises.

Entonces Ghyslaine se sacó el parche de su ojo -creo que era el derecho no recuerdo bien- revelando un ojo verde oscuro.

Ghyslaine, la Reina del Filo Celestial, es portadora de un ojo mágico llamado Ojo de Maná; que le permite observar el maná a simple vista.

Cosa que Ludeus no sabía... él pensaba que simplemente le faltaba un ojo y por eso tenía un parche, y por eso se sorprendió cuando Ghyslaine le contó que el maná se estaba agrupando de forma peligrosa en el cielo sólo con echarle un vistazo.

Pero las sorpresas serían lo normal en ese día, para todo el mundo.

"¡LUDEUS AL SUELO!"

Ludeus no estaba prestando suficiente atención para tirarse al suelo de inmediato, lo que lo hubiera matado en el acto de no ser porque en ese momento se había tropezado y terminado de la misma forma en la tierra del suelo. Por un acto de suerte -o tal vez destino- Ludeus sobrevivió a la daga que cortó el aire justo sobre él.

Wholesome ReincarnationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora