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En la elegante sala de desayuno, TN se sentaba frente a Caesar, disfrutando de un tranquilo desayuno mientras las primeras luces del día iluminaban la habitación. Cada gesto de Caesar, cada palabra, hacía que el corazón de TN latiera un poco más rápido, a pesar de los conflictos internos que lo atormentaban.
Caesar. Desde el momento en que te vi, supe que eras hermoso
murmuró Caesar con una sonrisa encantadora, su mirada intensa fija en TN.
TN desvió la mirada, sintiendo el calor subir por sus mejillas ante el cumplido de Caesar.
TN. Gracias, Zar. Eres demasiado amable.
Caesar inclinó la cabeza con una sonrisa misteriosa.
Caesar. De nada, mi Omega.
La conversación fue interrumpida cuando Caesar anunció que tenía un regalo para TN. Los ojos de TN se iluminaron con anticipación mientras esperaba ansiosamente ver qué había preparado Caesar para él.
TN. ¿Un regalo? ¿Qué es?
preguntó TN, sus ojos brillando con curiosidad.
Con un gesto elegante, Caesar se levantó de la mesa y regresó con una caja envuelta con un lazo de seda. Con manos temblorosas de emoción, TN abrió la caja y se encontró con un conjunto de ropa interior exquisitamente elaborado.
TN. Es hermoso
murmuró TN, admirando el delicado encaje y los detalles cuidadosamente diseñados.
Caesar sonrió con satisfacción.
Caesar. Me alegra que te guste, Omega. Pero eso no es todo. Quiero que te pongas este conjunto esta noche, mientras yo estoy en una junta. Después, quiero que me esperes con él puesto, quiero relajarme después de un largo día en el mundo de la mafia.
TN asintió con una mezcla de resignación y disgusto, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos.
TN. Por supuesto, Zar . Lo haré.
Aunque por dentro, TN luchaba con la sensación de ser reducido a un simple objeto de placer para Caesar, sabía que no podía mostrar su descontento abiertamente. En su lugar, se resignó a seguir las órdenes de Caesar, preparándose para una noche que prometía ser más complicada de lo que había imaginado
