Capitulo 2

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Suspiró con fuerza. Aunque extrañaba Tokio, no se sentía muy motivado para regresar.
Terminó de empacar sus pertenencias y se encaminó hacia el aeropuerto. Después de unas diez horas de vuelo, finalmente llegó a su destino. Pasaron otras tres horas antes de encontrar un lugar donde alojarse. Exhausto, se dejó caer en la cama y no se levantó hasta el día siguiente.

No tenía planeado salir de su casa, hasta que escucho un fuerte ruido, era su estómago.

—Comer está sobrevalorado. -Dijo negándose a salir, pero con el paso de las horas el rugido de su estómago se hizo más estridente. -Con desgano se levantó y salió a recorrer las calles, se permitió observarlas detenidamente y una gran nostalgia lo invadió, ocurrieron varios cambios desde que se había marchado. Porque si, esa ciudad fue donde vivió gran parte de su vida hasta que ocurrió esa terrible tragedia...

Mientras iba perdido en sus pensamientos, un gran bullicio capto su atención, al parecer era una pelea clandestina, esas cosas jamás le gustaron y le parecían una pérdida de tiempo, iba a seguir su camino hasta que escucho la voz de un chico.

—¡No me puedo rendir, tengo un motivo para no rendirme!

Observó al joven de cabello rubio desde la distancia. Por alguna razón, ese chico captó su interés. Le pareció que el muchacho llevaba consigo un peso considerable en su espalda, pero su forma de hablar y su postura le resultaron familiares...

—¡Tráiganme el bat!

Joan quedo atónito, ¿Como que bat? ¡Eso es trampa! El conocía muy bien esas pelas y sabía que siempre eran a puño limpio, era una injusticia que quieran pegarle con un objeto contundente.

Con gran confianza se atrevió a parar la pelea.

—Oye lo que estás haciendo es trampa.

Analizo ligeramente su alrededor, oh genial, se convirtió en el centro de atención, pensó con pereza.

—¿Que dijiste escoria?

—Lo que estás haciendo es trampa, se supone que era una pelea a puño limpio y si no lo sabes, querer incluir un bat en una pelea de ese tipo, es trampa. -Dijo con obviedad, se supone que es algo básico.

—¡¿Y tú quién te crees para venir a darme clases sobre peleas?!

—¡OH! Es cierto, mil disculpas, mi nombre es Joan. -Se presento con amabilidad.

—¿Qué te parece si tomas el lugar de ese idiota? -Señalo al pelirubio que estaba a punto de desmayarse

—Mira, creo que el dialogo es lo más importante, y viendo tu compostura, tu forma de hablar y tus actitudes, creo que tienes problemas en casa, puedes contarme, yo estaré dispuesto a escucharte. -Menciono con empatía, normalmente los problemas siempre vienen desde el hogar.

—¡Te voy a matar!

—No puedes hacer eso, podrías ir a la cárcel. -Vio a los demás presentes y se sorprendió por las miradas que le dirigían, ¿pero que dijo? Es verdad, si matabas a alguien ibas a la cárcel.

—¡Te van a matar trencitas!

—Mi nombre no es trencitas, es Joan. -Dijo el pelinegro algo molesto ¿Por qué la gente es tan maleducada?

—¡Es suficiente! -Observo al más grande correr hacia él.

De repente un pensamiento le vino a la mente.

—Recuerda, siempre intenta comunicarte con las personas y, si es posible, evita el conflicto, pero si no queda otra opción...rómpeles el cuello.

Joan sonrió, ante ese recuerdo.

—No me gusta pelear, pero si no hay otra forma. -Espero a que el mayor estuviera cerca, y cuando lo hizo, alzo su pierna y le dio un golpe en la cabeza que lo dejo noqueado.

DesvaneciéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora