Capitulo 14

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Después de una larga ducha, recupero todas sus energías y sus ánimos, se encamino a la cocina para ver a su abuelo y a su hermana.

-Espero que no te resfríes por andar con la ropa toda húmeda... ¿Cuánto tiempo pasaste así?

-Unas cuantas horas... -Susurro con nerviosismo.

-También veo que estas muy ojerudo ¿no estas durmiendo bien acaso?

-Solo es hasta que me vuelva a acostumbrar al cambio de horario. -Jugo con sus manos nerviosamente, esperando que no descubran su mentira.

-Oh es cierto, en la carta que habías escrito, decía que estabas en estados Unidos ¿Cuándo regresaste a Japón?

-Alrededor de una semana y unos cuantos días.

-¿Y te pareció conveniente no venir a dar la cara? -El abuelo se cruzó de brazos.

-Ya pedí perdón por eso. -Bajo la cabeza con vergüenza.

El señor soltó una pequeña risa y acaricio sus cabellos con cuidado.

-Tienes razón, pero aun así tienes que contarme absolutamente todo de lo que has hecho allá.

-Exacto y que no se te olvide ningún detalle hermano. -Emma se sentó a su lado, curiosa por lo que el trenzado vaya a contar.

-Bueno...

-¡Emma, Abuelo! ¡estoy en casa!

El pelinegro al escuchar esa voz sintió un escalofrió desagradable, no estaba listo para ver a Mikey a la cara y empezó a temblar ligeramente al recordar lo que pasó la noche anterior.

-¡Estamos en la cocina!

-Que bien porque tengo mucha ham... -Se quedó callado abruptamente al ver a Joan en su casa. -¿Qué haces aquí?

-Qué bueno que estas aquí Mikey, tu hermano regreso ¿no estas feliz? Otra vez la familia está completa. -El abuelo le dio unas palmadas en su cabeza al pelirrubio.

-Si...como sea.

-Siéntate, Joan nos iba a contar todas las cosas que hizo en el extranjero.

Manjiro se sentó de mala gana, mirando con odio al pelinegro, en cambio Joan, seguía con la mirada baja, no se atrevía ver al pelirrubio.

-Entonces hijo, cuéntanos.

-Estuve estudiando en un internado...era muy bonito.

-Eso suena bastante caro...

-Tranquiló abuelo, tenía la beca completa por mis buenas notas.

-¡Ese es mi muchacho! Siempre has sido un excelente estudiante. Me imagino que ganaste muchos certificados, ¿verdad?

-Ah si, gane algunos, excelencia académica, asistencia perfecta, mejor alumno en asignatura, deportista destacado, servicio comunitario y algunos más. -Le restó importancia.

Por otra parte, el abuelo y Emma se acercaron a abrazar al pelinegro.

-¡Es increíble hermano!

-Estoy muy orgulloso de ti hijo, sé que tendrás un buen futuro.

-Abuelo, Emma... muchas gracias. -Mostro una gran sonrisa, de cierta manera, siempre le ha gustado que lo felicitaran por sus logros.

-Pero... estamos a mitad del periodo académico. ¿No afectará tus notas por regresar en este momento?

- No, la secundaria en la que me inscribí envió a un representante para entregarme todas mis tareas, así que puedo ponerme al día con cada asignatura. Tengo dos semanas para alcanzarlas

-¿Dos semanas? Me parece muy poco tiempo... ¿has avanzado algo?

-No, el día de hoy me voy a dedicar acabar todo eso, no es difícil, solo toca tener algo de disciplina.

-Te envidio...yo con una simple tarea, me toma más de dos horas. -Suspiro Emma con aburrimiento.

-Bueno... si tienes alguna duda, me puedes preguntar y yo con mucho gusto te ayudo.

-¡Gracias, hermano! -La pelirrubia se lanzó a abrazar al pelinegro.

-Sabes, no sería mala idea que también ayudes a Manjiro. -Dijo el abuelo pensativo.

Mikey que hasta ahora no había dicho ni una palabra, se enojó por ese último comentario.

-Yo no necesito ayuda con nada, estoy bien así. -Respondió el ojinegro con molestia.

-Hijo, sabes que tus notas no son buenas, ni si quiera llegas a la nota mínima, ahora que Joan está aquí, me parece buena idea que te de algunas clases.

El trenzado pensó que tal vez esa sería una posibilidad para acercarse a su hermano.

-¡Yo te ayudo con gusto! Si quieres podemos reunirnos después de la escuela para ayudarte con tus tareas. -Dijo emocionado.

-Maldita sea... -Susurro con rabia. -¡Ya te dije que no necesito tu estúpida ayuda!

-¡Manjiro no grites! -El abuelo empezó a enojarse por la actitud del pelirrubio.

-¡Estoy diciendo que no necesito la ayuda de nadie!

-Pero hermano...

-No me vuelvas a decir así en tu puta vida. -Mikey había agarrado con fuerza el cuello de su sudadera.

El ambiente se puso muy tenso, hasta que el abuelo le dio un golpe muy fuerte en la cabeza del pelirrubio.

-¡Suficiente! Estas castigado, ándate a tu cuarto.

Manjiro soltó bruscamente a Joan y salió de la casa sin decir nada.

-Lo siento Joan...no sé qué le pasa a ese niño, ha estado muy tenso estos últimos días, perdónalo por favor.

-N-no... no te preocupes abuelo. -Disimuladamente se limpió una lagrima que se le había escapado, poco a poco el pelinegro perdía las esperanzas de poder reconciliarse con Manjiro.

El abuelo estaba muy confundido; no entendía por qué Mikey trataba a Joan de esa manera, cuando en su infancia habían sido muy unidos. Pensó que tal vez el pelirrubio estaba enojado con el trenzado por haberse ido sin decir nada. Por otro lado, Emma empezaba a sospechar que había algo más de por medio.

-Es mejor que me vaya...

-¿Cómo que te vas? Pensé que te ibas a quedar a vivir con nosotros...

-Es que... -Joan trato de pensar en alguna excusa. -Donde estoy viviendo, me queda más cerca de mi secundaria, abuelo.

-Oh entiendo hijo... bueno, pero espero que vengas a visitarnos más seguido.

-Claro que si abuelo.

-¿Quieres que te acompañe?

-No te preocupes Emma, estoy bien.

El pelinegro le dio un abrazo a cada uno y se encaminó a su casa, suspirando con cansancio. No sabía qué más hacer para mejorar su relación con Manjiro. Sus opciones se estaban agotando, y parecía que el pelirrubio no quería escucharlo en absoluto.

Iba perdido en sus pensamientos hasta que accidentalmente choco con alguien.

-¡Lo siento! No me fije por donde... -Se quedó callado al reconocer esos mechones color coral.

-Oh mira a quien tenemos aquí.

-Hola Hina...

-Tachibana para ti, no seas igualado.

-Perdón...Tachibana.

-Así me gusta, sabes desde hace mucho quería hablar contigo, pero como siempre estaba mi novio no tenida oportunidad.

-Oh...claro ¿De qué quieres hablar?

-Dime Nakamura ¿Qué intenciones tienes con mi novio?

DesvaneciéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora