Capitulo 12

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–Entonces ¿Qué estaba haciendo cuando entraron en su residencia?

–Yo había salido a realizar unos asuntos personales, cuando llegue me habían destrozado casi todo.

–¿No le han robado nada?

–No.

–¿Cuántos años ha vivido aquí en Japón?

–Viví aquí varios años, pero hace dos años salí por un intercambio, acabo de regresar hace unos días.

–¿Tiene enemigos?

–Que yo sepa no.

–Bien, mi compañero y yo llegamos a una conclusión.

–¿Cuándo van a empezar a buscar a los culpables de esto?

–¿Buscar?

–Si ¿van a buscar pistas o revisar las cámaras?

–Ja ja ja mira "niño" creo que te estas confundiendo.

–Entonces ¿Qué piensan hacer?

–Nada.

–¿Cómo que nada?

–No te has puesto a pensar ¿que esto tal vez es tu culpa?

–¿Mi culpa?

–Mira tú apariencia, la verdad yo también lo hubiera hecho.

–Quiero pensar que está jugando conmigo... entraron a mi casa, destruyeron mis cosas y me escribieron amenazas de muerte.

–Si fueras un verdadero hombre, no nos hubieras llamado.

–¿Y eso que tiene que ver?

–Un verdadero hombre, resuelve sus problemas solo, no llama a la policía por pequeñeces.

–¡¿Pequeñeces?! Escuche señor...

–¡No! Tu escúchame a mí, si me vuelves a alzar la voz, al que voy a llevar preso es a ti.

–Pero...

–¡Pero nada! Aprende a arreglar tus problemas solo, maricon.

Dicho esto, los oficiales salieron de la residencia, dejando completamente solo a Joan.

El pelinegro estaba en shock, se quedó así por varios minutos, hasta que decidió arreglar un poco el desastre que había en su casa, paso varias horas, pero lo logro, el día de mañana le iban a instalar todas las ventanas y la puerta que le habían destrozado.

–Bien, como dije, nada puede arruinar este día, tengo que estar positivo y con la mejor actitud posible, lo bueno es que no me robaron nada... -Quería mantenerse fuerte, pero se le escaparon algunas lágrimas.

–Bueno, mejor me voy a alistar, ya mismo es la hora de la reunión.

Subió a paso lento a su habitación, se dio una ducha, arreglo su cabello, escogió una ropa casual totalmente negra, se maquillo y se hecho perfume. A pesar de todo lo que le paso, la sola idea de hacer las paces con Manjiro le puso de buen humor, así que estaba muy feliz de poder ver al rubio cenizo.

Ya cambiado decidió esperar a sus amigos un poco lejos de la casa para que no vieran todo el desastre que había.

–¡Joan!

–¡Hola, chicos! -Dijo feliz.

–¿Qué haces aquí, tu casa no es más adelante?

–Oh amanecimos preguntones, en ese caso ¿Cómo consiguieron mi dirección? Yo jamás se las di.

DesvaneciéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora