Capitulo 15

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–No se dé que hablas. -Frunció el ceño ligeramente.

–No creas que soy estúpida, se perfectamente como miras a Takemichi.

–De la misma forma que miro a todos mis amigos.

–No me hagas reír...

–No entiendo ¿A dónde quieres llegar? -Pregunto confundido.

–El punto es que se perfectamente que estas enamorado de mi novio.

–No sabes lo que dices...

–¿Lo vas a negar? Sabes, sé que eres un maldito maricon, pero al menos pensé que tendrías huevos para decirme la verdad.

–No me digas así.

–Solo estoy diciendo la verdad, eres un "hombre" y deberías actuar como tal.

–Haber Tachibana, según tu ¿Cómo debe ser un hombre?

–Traer el pelo corto, no usar maquillaje, ser varonil, ser fuerte.

–Me estás diciendo que por tener el cabello largo y usar maquillaje ¿No soy un hombre? Debe ser una broma.

–No es una broma y si, pareces una niña con el cabello largo y usando maquillaje.

–¿Y qué dices de los amigos de tu novio? Ellos tienen el cabello largo.

–Eso es diferente, ellos son pandilleros y son fuertes.

–¿Y qué te hace creer que no soy fuerte?

–Solo mírate, incluso traes ojeras, eso significa que no te cuidas.

Joan se remordió la mejilla ligeramente, tenía razón ¿Hace cuanto no se cuidaba? Desde la muerte de su hermano, se empezaba a saltar las comidas y las horas de sueño, por esa razón empezó a usar maquillaje, para que la gente no notara su cara de cansancio...

–Sabes que, ya me estoy cansando, te voy a decir todo y me largo a mi casa. -La miro directamente a los ojos. –Si, estoy enamorado de tu novio, pero si crees que voy a hacer algo para quitártelo, puedes estar tranquila, que no pienso hacer nada.

–Tranquilo, sé que, aunque lo intentaras jamás me lo podrías quitar, solo mírate. -Lo señalo completamente. –Y mírame a mí, solo quería que me lo dijeras a la cara.

–Ya te lo dije ¿feliz? Si eso es todo me retiro. -Iba a seguir de largo, hasta que sintió como las uñas de la chica se aferraron a su brazo. –¡Eso duele!

–¿Quién te crees que eres? De aquí no te vas hasta que lo diga yo. -Aumento la fuerza en su agarre.

–Suéltame... me estas lastimando

–¿O si no que, me vas a pegar?

–Yo jamás pegaría a una mujer...enserio por favor suéltame.

–Escúchame bien hijo de puta...

–¡JOAN!

Ante el repentino grito, la chica soltó al trenzado y puso cara de inocencia.

Los amigos del pelinegro llegaron corriendo y se lanzaron encima de él.

–¡¿Dónde mierda estabas idiota?!

–¡Imbécil, pasamos toda la noche buscándote!

–Pachin, Peyan... lo siento, estaba en el cementerio.

–Maldito...pensamos que te había pasado algo.

–Cof, cof, cof.

Los tres chicos regresaron a ver a la chica, que al perecer estaba muy sonriente.

DesvaneciéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora