Capitulo 16

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Ambos chicos continuaron corriendo de la mano ¿hacia dónde? No sabían solo siguieron corriendo, hasta que en un punto se cansaron y se detuvieron en un parque.

–¿A dónde me querías llevar? -Pregunto el trenzado.

–No sé, yo te estaba siguiendo a ti. -Respondió el pelirrubio.

Los dos chicos se miraron por unos segundos y se empezaron a reír.

–Me agarraste de la mano y saliste corriendo ¿En que estabas pensando? -Pregunto entre risas.

–Bueno, es que estaba muy angustiado por ti... cuando tus amigos fueron a mi casa a buscarte y no aparecías, sentí mucha desesperación y ahora cuando te vi, sentí mucha felicidad por que estabas bien.

–Perdón... no quería preocuparte.

–¿Por qué desapareciste así?

En ese momento pequeños flashbacks llegaron a su mente de todo lo que había pasado.

–Yo... tuve una pequeña pelea con Manjiro.

–Joan, tal vez no sea de mi incumbencia, pero, tengo muchas dudas respecto a tu relación con Mikey.

–Lo siento Michi, pero, esto es algo que de momento no te lo puedo contar.

El pelirrubio asintió y soltó un suspiro, esperaría el día en el que el pelinegro le aclarara esas dudas.

–Está bien, pero a la próxima si tienes algún problema, ven a mi casa, tal vez no sea muy bueno dando consejos, pero puedo intentarlo. Y me sentiría más tranquilo que estes conmigo a que estes a altas horas de la noche en la calle.

–Gracias...

–No, no, ¿Cuál gracias? Promete que lo vas a cumplir. -Alzo el dedo meñique.

–¿Qué haces?

–Es la promesa del dedo meñique.

–Michi, no creo en esas cosas...

–Qué pena, no te lo pregunte. -Agarro la mano del pelinegro y unió ambos meñiques.

–Es una promesa, cada vez que te sientas mal, vendrás conmigo.

–¿Y qué pasa si no lo cumplo? -Pregunto en modo de broma.

–Fácil, si no lo cumples te doy un puñetazo.

–Jajaja, bien, no te preocupes cumpliré mi promesa.

–Mas te vale.

–¿Por qué siento que me estas amenazando?

–Porque es una amenaza.

–Soy mayor que tú, deberías mostrarme respeto.

–Está bien, lo estoy amenazando señor Nakamura.

Soltó una pequeña carcajada, no puede creer que con tan solo pasar unos cuantos minutos con Takemichi, le haya hecho recuperar todo su ánimo.

–Por cierto, Joan... sé que tal vez pasaste una mala noche, pero, veo que tienes unas ojeras muy pronunciadas.

–Ah sí, es que no eh dormido bien estos días. –"Días, si claro"

–¿No has pensado comprar pastillas para dormir?

–No me funcionan, pero tranquilo, solo es hasta acostumbrarme al cambio de horario.

–Se que dije que quería pasar contigo hoy, pero ¿si mejor vienes a mi casa a tratar de dormir un rato?

–Ehhh. -Se puso muy nervioso, no pensó que el pelirrubio le diría algo así, trato de buscar una excusa para no ir. –Lo siento, no puedo, recordé que tengo que terminar mis tareas para poder integrarme a la secundaria y solo me quedan dos días.

–Oh...entiendo.

–P-pero, si quieres podemos salir otro día, vamos a ese restaurante que dijiste.

–¡Enserio! ¡Si, me encantaría!

De repente al pelinegro recordó las palabras que le había dicho Hina y se sintió algo deprimido.

–Oye Takemichi...

–Que no me digas así.

–Así te llamas.

–Cállate, tú me dices Michi, si me vuelves a decir Takemichi, te doy una patada.

–Bien...Michi ¿Te puedo hacer una pregunta?

El pelirrubio asintió y lo miro con curiosidad.

–Tú y yo ¿somos amigos?

–¡Claro que sí! -el trenzado dio un pequeño saltito por el grito.

–Otra pregunta... ¿Te sientes cómodo a mi lado?

– Claro, Joan, no sé a qué vienen esas preguntas, pero quiero dejar algo muy claro: eres mi amigo. Me salvaste, me escuchas y, de alguna manera, me haces sentir especial. No me he sentido así con nadie, ni siquiera con Hina. Tal vez no llevamos mucho tiempo conociéndonos, pero siento que tenemos una conexión.

El pelinegro, sintió su corazón latir muy rápido, sabía que no tenía ninguna oportunidad de estar con el ojiazul, pero sus palabras le hicieron sentir muy feliz.

–Entonces ¿Qué pensarías si te digo que ya no podemos ser amigos? -Miro al suelo, ya que no tenía el valor de verlo a la cara, paso varios segundos hasta que escucho un gimoteo.

–¿Ya no quieres ser mi amigo? -Takemichi tenía los ojos inundados en lágrimas.

–¡No! No, solo lo dije en una situación hipotética. -Se acerco y lo abrazo fuertemente. –No llores, lo siento.

–Tonto, pensé que había hecho algo malo. -Dijo aferrándose a Joan

–Lo siento. -Se separo ligeramente y limpio con cuidado las lágrimas del contrario.

–¿Por qué dijiste esto?

–No lo sé, me dio curiosidad.

–¿Acaso te sientes incomodo conmigo?

–¡NO! Eres una persona increíble, yo también siento que tenemos una conexión especial, ignora lo que dije, me está afectando las horas de sueño.

–¿Estás seguro?

"Claro que no, tu novia me dijo que me alejara de ti, pero no puedo". -Pensó con tristeza.

–Si estoy seguro.

–Bien, eres especial para mí, recuerda la promesa que me hiciste, si te sientes mal, ven conmigo.

–Si, esos hare Michi. 

DesvaneciéndoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora