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Eric hizo prometer a su hermana que iba a cuidar a Kim Chaewon.

Aunque Chaewon nunca supo porqué, la verdad era que el mayor de los Huh no soportaba los matones, él mismo, en sus tiempos de estudiante, era el encargado de defender a los que no lo hacían por sí mismos.

Pero él ya había terminado la escuela, y no podía defenderla, así que confiaba que su hermana dejaría de importarle una mierda todo si al menos iba a la escuela para cuidar de ella.

Por más que una parte de Chaewon estaba ofendida porque no quería ningún tipo de guardaespaldas, otra parte de ella sabía que no le haría mal.

Y la idea de que Huh Yunjin la cuidara le gustaba.

Al día siguiente Yunjin se había sentado en el banco junto al suyo, mandando a la mierda a la chica que reclamó su lugar.

La castaña se había ganado miradas por parte de la chica y de sus amigas, pero Yunjin dijo que si ella no podía decirles nada, ella lo haría.

Eso le había causado gracia y había soltado una risa muda, no pudo evitar ruborizarse cuando vió a Yunjin sonreír por aquello.

Se preguntó si lo hacía porque su risa sin ruido era muy ridícula, si ella misma era ridícula.

Esos pensamientos la habían hecho bajar la cabeza avergonzada, y Yunjin se había dado cuenta de su cambio.

— ¿Qué pasa, Kim? – preguntó con amabilidad, doblándose para mirarla al rostro, que tenía agachado.

Esta negó, aunque sus manos se movieron en un gesto que Yunjin no pudo entender.

Suspiró un poco, no sabía nada de Chaewon, pero parecía que ella no se había acostumbrado a no usar el lenguaje de señas.

Tomó su cuaderno de notas y una lapicera, dejándolo caer sobre el bando de Chaewon, haciendo que la menor se sobresaltara con sorpresa.

— Dí lo que quieras – dijo, señalando al cuaderno.

Chaewon tomó la lapicera con duda, escribiendo lentamente y con vergüenza, luego le alcanzó el cuaderno a Yunjin.

"¿Soy ridícula?”. Preguntaba en la hoja.

Yunjin frunció el ceño, mirando las palabras, luego alzándola para ver a Chaewon, quién volvía a mirar hacia abajo, pero notó el brillo de las lágrimas.

Enojada, Huh arrancó la hoja del cuaderno, rompiendola en muchos papelitos, haciendo que Chaewon la mirara.

Juntando la hoja rota en su puño, apretando con fuerza, Yunjin se inclinó hacia ella, mirando directamente sus ojos.

— No tienes nada de ridícula, Kim.

MUTE ⊹ Purinz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora