MUTE ⊹ Purinz

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Yunjin la acompañó en todos sus estudios, mirando de lejos con ojos asustados a todas las máquinas que usaron para ver en su interior, por más que le decían que todo eso eran como una radiografía más moderna, las palabras de los médicos no la ponían más tranquila.

Eso hacia que estuviera mucho más encima de Chaewon cada vez que terminaba algún estudio, tomando su muñeca para caminar junto a ella, abrazándola cada vez que salía y dejando un brazo sobre los hombros de la chica cuando los doctores le explican la situación.

Todo salía bien, según ellos, todo estaba correcto, aunque Yunjin notaba los ánimos de la castaña bajar por esas palabras, y sabía lo que la chica pensaba.

"Todo está bien, pero sigo siendo muda. Sigo sin poder hablar. Nada está bien".

Casi siempre quedaba con esos ánimos varias horas, hasta que Yunjin lograba hacerla sentir mejor.

Cómo Chaewon era muda solían hacerle estudios en sus oídos por si llegaba a desarrollar sordera, cosa que no estaba directamente relacionada pero era algo que querían tomar con precaución.

Y Yunjin notaba a Chaewon tener miedo al respecto, por lo que le había recordado que cualquier cosa que pasara, ella se quedaría a su lado.

Ella sólo había sonreído, una sonrisa que no la convenció del todo.

La señora Kim estaba feliz de que Yunjin apoyara y cuidara tanto a su hija, siempre las miraba con una sonrisa.

— Yun – llamó la mujer antes de una cena, haciendo que está se detuviera en su camino a la mesa, le hizo una seña para que la acompañara, llendo hasta la cocina para hablar en privado –. Gracias por cuidar a Chae.

La pelirroja sonrió, asintiendo, eran palabras que había escuchado varias veces.

— Yun... ¿Sabes que mi hija te quiere muchísimo, no?

— Yo también la quiero, señora Kim.

— Sí, Yun, eso lo sé – dijo –. Pero no sé si Chae te quiere más de lo que te imaginas, más de lo que te demuestra.

Yunjin frunció el ceño.

— Ella es una chica muy cerrada, no sé si te cuenta muchas cosas, aunque seguro sabes más que yo, es más abierta hacia ti.

Asintió, Chaewon le había dicho cosas que sólo le confiaba a ella.

— Sólo pido que no rompas su corazón – dijo la señora Kim, y Yunjin se ofendió un poco.

— Nunca haría algo así – respondió automáticamente.