MUTE ⊹ Purinz

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— ¿Me pediste venir contigo para grabar el momento y así pasarlo en su boda?

Yunjin miró a Kazuha con el ceño fruncido.

— Te pedí que vinieras para darme apoyo moral – dijo –, y en silencio, por favor.

Kazuha a veces no comprendía esa forma de mostrar cariño que tenía Yunjin hacia sus amigas, y sólo hacia sus amigas, porque ella era testigo de cómo la pelirroja se ablandaba totalmente con Chaewon.

Cuando el reloj marcó las tres y cincuenta y nueve, Yunjin le hizo señas a su amiga para que se escondiera, y esta se apresuró a cubrirse detrás del telón.

Las cuatro en punto la puerta se abrió, Yunjin vió los ojos de Chaewon dirigirse hacia ella, asintiendo levemente, indicando que todo iba según plan.

Detrás de la menor, Sakura amagó a irse pero Chaewon tomó su mano, tirando de ella para obligarla a avanzar.

Confundida, y más aún cuando Yunjin cerró la puerta detrás de sus ruedas, Sakura miró hacia todos lados, hasta que su mirada cayó sobre las manos que las dos chicas tenían unidas.

— ¿De qué me perdí?

— No voy a ser yo quien se confiese – respondió la de pelirroja, sonriendo de lado.

Apagó las luces para encender el reflector, que apuntaba hacia el pequeño escenario del aula.

— ¡Kazuha! ¡Ven y pon los huevos necesarios!

— ¡No soy gallina para poner huevos!

— ¡No me hagas ir a empujarte! – durante unos segundos no tuvo respuesta –. ¡Si voy te saco a patadas!

Vió al telón moverse, y no tardó mucho para que Kazuha caminara, moviendo las manos de forma nerviosa hacia el reflector que iluminaba el escenario.

Pareció abrir la boca para decir algo, pero en cuanto cruzó miradas con Sakura, se congeló. Comenzó a lamer sus labios varias veces, mirando a distintos puntos del suelo.

Chaewon codeó a Yunjin.

"Tú no estuviste tan nerviosa", leyó.

La pelirroja se encogió de hombros.

— Zuha es rara, más rara que yo.

— ¡Miyawaki Sakura!

Ambas chicas volvieron a prestar atención a lo que estaba pasando.

Kazuha tenía los ojos apretados con fuerza.

— ¡Me gustas! ¡Mucho!

Hubo un silencio incómodo durante varios segundos, hasta que las ruedas de la silla de Sakura comenzaron a girar, acercándose al escenario.

Kazuha abrió los ojos para encontrarse con la japonesa, y las pequeñas lágrimas en sus mejillas le partieron un poco el corazón.

— Estoy completamente enamorada de ti – murmuró, al punto que sólo Sakura pudo escucharla.

La joven en la silla sonrió mostrando sus adorables dientes, dejando caer unas lágrimas.

Kazuha bajó de un salto del escenario, abrazándola con firmeza.

La había extrañado bastante, llevaban más de dos semanas sin hablarse, sintiendo que una parte de sí faltaba.

— También me gustas, Zu.