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Yunjin y Chaewon compartían habitación.

Los primos de Chaewon ya no vivían en esa casas pero sus habitaciones seguían allí, donde podían recibir a sus visitas.

La chica muda se dirigió a los dormitorios sin decir nada, la señora Kim le hizo una seña a Yunjin para que ella la acompañara.

Encontró a la castaña ya metida en la cama, notó los temblores de su cuerpo, a causa del llanto, debajo de las sábanas.

— Chae... – Yunjin cerró la puerta para acercarse, mirándola esconderse bajo las sábanas –. No, no.

Se sentó en el borde de la cama, pasando su mano sobre el cuerpo tapado en telas, haciendo círculos sobre su espalda para calmarla.

— Mira, Chae, no sé qué pasa – dijo –. Creo que estás mal por el tema del médico, pero no importa, en serio, estoy contigo, todo va a estar bien.

Chaewon asomó el rostro fuera de las sábanas, se tomó su tiempo para sentarse, limpiando sus lágrimas, mirando a Yunjin con ojos rojizos.

— ¿Quieres decirme algo? – preguntó. La chica asintió y señaló sobre la cajonera, donde descansaba su cuaderno y su lapicera.

Ella se los alcanzó y espero a que la menor escribiera.

"Nunca te dije porqué no puedo hablar"

— ¿Quieres contarme?

Pensó en responder o no, pero en cambio escribió de nuevo en su cuaderno.

"¿Por qué crees que no puedo hablar?"

— Siempre pensé que era por tus cuerdas vocales.

Chaewon negó, volvió a escribir.

"Mi cerebro no está conectado con mi parte del lenguaje. No puedo hacer sonidos".

Yunjin leyó varias veces, no respondió y la otra volvió a escribir.

"Escuché que mamá te diría. Prefiero decírtelo yo".

Yunjin vió las lágrimas en los ojos de Chaewon, se apresuró en abrazarla, apretándola con ganas pero sin mucha fuerza.

— No sé porque estás triste por eso – dijo –. Espero que no pienses que eso va a afectar nuestra amistad o algo, Chae. Te quiero igual. Estaré a tu lado igual. Igual que lo he hecho todo este tiempo.

Chaewon se dejó abrazar unos segundos, antes de dar unas palmadas en el pecho de Yunjin para que está se separe.

Alzando su mano, alzó el dedo meñique, para luego extender el dedo índice y pulgar, en una seña.

Yunjin negó, no recordaba que haya hecho ese gesto antes.

— No sé lo que significa.

Chaewon sólo volvió a asentir, con una ligera sonría.

"Lo sé".

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