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Si Chaewon normal era adorable, Chaewon con fiebre lo era mil veces más.

A Yunjin le parecía un poco mal encontrarla tierna, sabiendo que a la chica se le partía la cabeza de dolor.

Pero verla con un ligero mohín todo el día, con los ojos cansados y una costumbre de inflar las mejillas por el dolor, la hacían parecer como un bebé de una tierna adolescente de dieciséis años.

Chaewon había cambiado por su pubertad, pero, para suerte de Yunjin, no eran grandes diferencias.

Estaba un poco más alta de lo que era antes, su cuerpo se había estilizado, ya no parecía la chica esponjosa, incluso Chaewon estaba más delgada.

La mayor se encargaba de darle sus medicamentos, y se quedaba a su lado hasta que tragara su pastilla, aunque la chica solía costarle varios tragos pasarla.

La pelirroja la felicitaba con una sonrisa, y solía acostala para ponerle un trapo de agua fría en la frente, que lograba bajarle el dolor un rato, donde podía conversar con su amiga perfectamente.

"Mamá dice que iré a mi médico la semana que viene. A Daegu".

— ¿Te da miedo ir al médico? – preguntó, sin saber muy bien a que venía esa información.

Chaewon negó.

"Me quedaré allá unos días. Con mis tíos".

— Oh.

"Quiero que vengas conmigo".

Yunjin miró las palabras sin decir nada, las leyó unas varias veces más.

Chaewon bajó su cuaderno al ver que está no contestaba.

— Chae, yo... No sé qué decirte, tengo que preguntarle a mis padres primero y, ¿tus tíos dejarían entrar a una completa desconocida?

La castaña asintió varias veces, comenzó a escribir en el cuaderno, Yunjin esperó que terminara.

"Mamá no tiene problema en que vayas con nosotros. Ella va a cuidarte."

— Tu mamá es mi mamá también, eso lo sé – rió un poco –. Pero una cosa es que me quedé en tu casa y otra es viajar con ellos, además de quedarme en casa ajena.

"Por favor, acepta".

Yunjin se quedó en silencio, vió los ojitos de Chaewon asomarse tras las hojas, suplicando.

— Está bien, Chae, acepto – se rindió, con una sonrisa.

Esta soltó el cuaderno para aplaudir, sonriendo, haciendo que la mayor riera con ternura.

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