Capítulo 18

10 5 1
                                    

-Blair

Lo único que se escuchaba era el sonido de las balas azotando con brusquedad el local y los pocos autos que estaban allí, rompiendo los vidrios y demás cosas de la estación de servicio.
No sabía que hacer, estaba agachada detrás de una pared conteniendo la respiración, mientras escuchaba mi corazón en mis oídos. Todo estaba pasando tan rápido..
Un hombre que también estaba escondido en algún otro lado salió corriendo en dirección a su auto para irse, pero las balas fueron más rápidas, impactando en su cuerpo.
Cubrí mi boca con ambas manos al ver como aquel hombre caía al suelo. Estaba sin vida.. Estaba completamente tieso.. La sangre de su cuerpo comenzó a derramarse por todo el suelo. Hice mueca, contenido las lágrimas y los gritos que quería dejar salir.

Ví que Eros estaba disparando, y se agachaba tratando de ocultarse cuando las balas iba hacía él.
Era imposible, eran dos motos contra uno solo.. Digo, es el único que tiene un arma y sabe cómo usarla..

— ¡Vayan por la chica, idiotas! Que no escape..! —

Mierda.

Mis piernas temblaron al intentar levantarme. Tenía un nudo en la garganta. Quería gritar..
Reaccioné enseguida que escuché la moto acercándose. Tomé impulso y comencé a correr dentro del local. Justo antes de que pudiera cerrar la puerta, unas cuantas balas impactaron en la puerta y ventanas, rompiendo los últimos vidrios que quedaban.

— Dios.. —

Caí sentada. Me arrastré por el suelo y me escondí debajo del mostrador. Mi respiración era agitada. Parecía que me estaba sofocando.

— ¡La quiero viva! Disparen cuando sea necesario! —

Era una voz femenina la que gritaba. Sin embargo, podía escuchar que afuera seguía el caos.
Eros estaba allí. Estaba solo y para colmo, estaba herido..
Me mordí la lengua y tomé un largo suspiro. Salí debajo del mostrador y gatee hasta dar con los estantes. Necesitaba algo para defenderme, y obviamente tratar de curar la herida que tenía Eros.
Esto no era nada fácil. Los vidrios se incrustaban en mis manos y rodillas. No pude evitar jadear por el dolor, aún así, continúe buscando lo que necesitaba.

Mientras rebuscaba entre las cajas y los estantes, una voz a mis espaldas hizo que mi sangre se helara por todo mi cuerpo.

— Levántate y voltea si no quieres salir lastimada, preciosa.. —

Me levanté con lentitud. Giré mi cuerpo, y al estar frente a frente con aquel tipo, el cual tenía un arma apuntando a mi cabeza.
Podía sentir como la sangre se me iba del cuerpo en cuestión de minutos.
Aquél tipo dió un paso y de forma instantánea retrocedí.

— ¡Quédate quieta! —

Se acercó con brusquedad.

De manera impulsiva agarré lo primero que había a mi alcance. Un palo de escoba.. ¿¡Qué se supone qué voy a hacer con esta cosa!?
El tipo se rió de manera burlona y antes que pudiera tirarse sobre mí le di con el palo en la cabeza, ocasionando que se rompiera y soltara el arma..

Entre sombras y Corazones || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora