-Calle Chicago, apartamento 105.-17:20 p.m.-
Todo mi cuerpo estaba temblando. Tenía las lágrimas acumuladas, y me costaba hablar por el nudo que tenía en la garganta.
¿Cómo alguien puede hacer tal atrocidad con un cuerpo? Ella era tan joven, tenía una vida por delante, y un sueño por cumplir.
La policía había llegado en cuestión de minutos. Matteo se acercó de forma rápida a dónde estaba.— ¿Están bien? —
Abrí la boca para hablar, pero no salió absolutamente nada.
— Creo que ella no está para nada bien.. Lo que vimos allí dentro fue.. no hay palabras para poder explicar.. —
Eros habló por mí. Matteo me miró y luego volteó a ver a Eros.
— No quiero imaginar lo que vieron.. Blair.. en verdad lo lamento.. —
Solamente miré mis pies.
Matteo solamente me frotó el hombro y me dejó a solas con Eros. Todavía sentía mi cuerpo temblar. Mis piernas no lograban quedarse quietas, sentía que en cualquier momento me iba a terminar cayendo. La conmoción era inmensa.
— Cuidado.. —
Me sostuvo fuertemente. No supe en qué momento mis piernas flaquearon, y fue allí donde estallé en lágrimas.
Lo único que pude sentir fue como me atrajo a su pecho y me rodeó con sus brazos. Puede que apenas lo conozca, pero su presencia por alguna razón me transmite calma y tranquilidad. Su cuerpo era muy cálido, y podía escuchar los latidos de su corazón. Me limité a cerrar los ojos.
Era un mar de lágrimas, tenía que admitirlo.
Andrea lo era todo. Puede que tenga más amigas, pero ella era única.. Realmente lo era, era mi compañera de infancia, de millones de momentos que pasamos juntas..Pasaron unos minutos y ya me sentía más calmada. En todo ese rato, Eros nunca se despegó o hizo algún movimiento para alejarme, al contrario, me acercaba cada vez más.
— ¿Ya estás más tranquila.. ? —
Tardé un par de minutos en responder. Aclaré mi garganta.
— Ya.. un poco.. gracias.. —
Al separarme un poco en vez de verlo a él, mi vista se enfocó en su sudadera. Tenía una enorme mancha mojada por mi llanto.
— ¡Ay, que vergüenza..! Cuanto lo siento... No era mi intención.. —
Eros solamente se rió. El calor en mi rostro no tardó en aparecer. Desvié la mirada.
— Solo es una sudadera, se puede secar en cualquier momento. Además, no es importante cuando le das el hombro a alguien para que se desahogue. —
Se encogió de hombros. Suspiré aliviada, pero aún tenía el calor en mis mejillas.
— Sé que esto será muy duro.. sobre todo al ver.. eso.. —
Bajé la mirada al suelo y dejé mis manos en los bolsillos de mi saco.
— No es la primera vez que veo.. algo así.. sin embargo.. me sentí horrible.. ya que, era una persona realmente importante.. —
Eros puso su mano en mi hombro, haciendo que lo mirara a los ojos.
— Se nota que eres una persona fuerte. No está mal llorar, está bien.. Si me lo permites, puedo ser tu compañero.. Ya sabes, ese compañero que siempre está contigo por más que estés algo loco.. —
No pude evitar reír un poco por lo último que había dicho.
— ¿Qué dices? —
Suspiré profundamente.
— De acuerdo.. no suena tan mal, después de todo, tú has visto lo mismo, o quizá cosas peores.. —
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Entre sombras y Corazones || Libro 1||
MaceraLas vidas de estos personajes se entrelazarán en una danza cautivadora, donde el romance florecerá en medio del drama y la acción desenfrenada. Blair, una joven de 18 años, se convierte en el epicentro de un encuentro inesperado que cambiará el curs...