Prólogo

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En el lienzo de la noche, mientras Seúl se iluminaba con luces titilantes, contemplaba el río Han, cada reflejo en el agua, un doloroso recordatorio de su pasado. 

Las calles, serpentinas y bulliciosas, se extendían como venas que alimentaban el corazón palpitante de la ciudad. Los rascacielos, imponentes guardianes del progreso, se alzaban hacia el cielo, reflejando el brillo de una metrópolis en constante movimiento.

El puente, un arco majestuoso que unía dos orillas, era más que un mero vínculo de concreto y acero; era un símbolo de conexión y separación, de pasados entrelazados y futuros inciertos.

Bajo su sombra, las aguas oscuras del río Han fluían silenciosas, como un espejo que reflejaba los secretos más oscuros de la ciudad.

Para él, cada estrella en el firmamento era una cicatriz en el cielo, un recordatorio doloroso de las heridas del pasado que se resistían a sanar. 

Cada destello de luz era un eco de promesas rotas y traiciones sufridas. 

Sin embargo, en medio de la oscuridad, una chispa de determinación ardía en su interior, alimentada por la sed insaciable de venganza.

Pero incluso en la oscuridad más profunda, un destello de luz puede atravesar las sombras. Y así, en el corazón de su odio, una semilla de amor comenzaba a germinar, desafiando todas las expectativas y prejuicios. 

Era un amor prohibido, un amor que amenazaba con desafiar las leyes del universo y trastornar el equilibrio frágil de su mundo.

El destino, ese tejedor de hilos invisibles, preparaba su telar para una obra maestra de emociones entrelazadas.

Estaba a punto de tocar la primera nota de una sinfonía que cambiaría su vida para siempre.

Pero entre las sombras de su pasado y las luces del futuro, se encontraba atrapado en un dilema angustioso, luchando por encontrar su verdadero camino en un mundo donde el odio y el amor se entrelazaban como hilos de una tela tejida por manos invisibles.

Hate to love [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora