Seis semanas habían pasado desde que su secretario entró a la empresa, y Namjoon sentía como si el tiempo volara.
La tensión entre ellos se había vuelto más palpable con cada día que pasaba. Él era consciente del cambio en la dinámica, culpable y perdido, empezó a evitar activamente a su secretario, buscando excusas para no estar a solas con él.
Pero cada intento de esquivarlo era como pedir a gritos, estar a solas con él. Casi podía jurar que lo hacía a propósito, porque no había manera en que una persona pudiera actuar tan perfectamente bien, tan perfectamente lindo.
Sacudió su cabeza, intentando deshacerse de esos pensamientos, no podía culpar al castaño por lo que le provocaba a sus sentimientos, era culpa suya, por ser un cobarde.
Desde su perspectiva, Kim SeokJin era una mezcla desconcertante de profesionalismo, seducción y dulzura.
Había noches en las que se encontraba en su oficina, revisando documentos, y de repente sus pensamientos derivaban hacia el castaño de ojos brillantes: la forma en que su camisa desabotonada ligeramente dejaba entre ver más de lo que su cordura le permitía, la manera en que sus dedos rozaban los suyos. El olor de su colonia mezclándose con su fragancia natural.
Sabía que debía mantener la profesionalidad, pero había algo en la actitud del joven que lo desarmaba.
Después de una reunión con otros ejecutivos, se encontraba especialmente tenso. Sentía que su autocontrol estaba al límite.
Miraba a su secretario acercarse, percibiendo cada uno de sus movimientos, como si estuvieran completamente calculados.
—Señor, me gustaría hablar con usted sobre algo personal, si tiene tiempo —dijo, su tono suave pero firme.
Lo miró, sus pensamientos como un torbellino de emociones. Había algo en la forma en que el contrario lo miraba, que hacía que su corazón latiera más rápido.
—Claro. ¿De qué se trata? —preguntó, intentando sonar indiferente.
Su secretario cerró la puerta de la oficina tras de sí y se acercó lentamente, reduciendo la distancia entre ellos. Se sintió atrapado, en una situación que, justo, trataba de evitar.
—He notado que últimamente parece más estresado. Solo quería asegurarme de que todo esté bien —susurró, su voz como una cálida melodía que lograba seducirlo, pero con un toque de genuina preocupación.
Tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. Su mirada se fijó en los papeles sobre su escritorio, buscando un escape a la intensidad del momento.
—Estoy bien, solo es el trabajo —respondió, pero su voz carecía de la convicción que hubiera deseado.
— Sabe que estoy para usted si necesita cualquier cosa, haré lo que sea para que se sienta bien, presidente. — El castaño dejó la frase en el aire, su mano rozando ligeramente la suya. El contacto fue eléctrico, enviando una oleada de sensaciones a través de su cuerpo. Haciendo que se levantara abruptamente, alejándose de él.
—Gracias. Pero estoy bien. Buenas noches —dijo, casi huyendo de la oficina, sintiendo que, si se quedaba un segundo más, su autocontrol se desmoronaría.
En el silencio de su coche, camino a casa, se permitió reflexionar.
Dándose cuenta de que había algo en el otro que lo afectaba de una manera que no había experimentado antes. Era como si cada pequeño gesto y cada mirada estuvieran diseñados para penetrar sus defensas cuidadosamente construidas.
Tenía que mantenerse firme, por el bien de su matrimonio y su trabajo, pero cada día, con la dulce tortura que era su secretario a su lado, se sentía más vulnerable.
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Hate to love [Namjin]
FanfictionKim SeokJin se encuentra atrapado en una compleja tela de araña entre venganza y redención, uniendo su destino con el del CEO Namjoon. Con un pasado marcado por el acoso escolar y una vida llena de miseria, Jin se adentra en un viaje emocional que l...