Capítulo 11: (Gaby) El inicio de una amistad

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No puedo recordar la última vez que me sentí tan bonita.

Nunca fui una persona de autoestima baja, pero tampoco de una muy alta. Digamos que tengo mis días. Mi apariencia siempre me pareció… normalita. Pero ahora, con el peinado que Maya me hizo, el bikini floreado y la falda negra, me siento incluso atractiva. 

—Deberías ponerte un poco de maquillaje —me dice Sissy, que se está colocando labial rojo frente a mi espejo.

—No sé. ¿No sería mucho?

—Nunca es suficiente —asegura Maya, acomodándome el poco cabello suelto detrás de los hombros.

Ella sí que se ve preciosa con su maquillaje pero, por alguna razón, siento que sería demasiado si yo me lo colocara.

—Creo que estoy bien así.

—Tienes que animarte un poco más, Gaby. Ser más… intrépida —comenta Sissy, haciendo muecas raras con los labios para que el labial se esparza por todas las zonas.

—Quizás otro día.

Maya es la conductora designada. Vamos cantando Taylor Swift durante todo el camino, hasta que estaciona a un costado, junto al resto de autos, donde distingo el de cierto muchacho e intento hacer caso omiso al brinco que da mi corazón. 

Nos bajamos y nos dirigimos al centro de la fogata, donde está toda la gente acumulada, bebiendo y charlando entre sí. Sissy no tarda en esconderse detrás de mí cuando ve a Val.

—Eres una cobarde —la reprendo.

—¡Es que me intimida! —gimotea. —Tan sólo mírala. Es tan… tan… —Suelta un suspiro y se digna a salir de su escondite. —Basta. Iré a hablarle.

—Esa es mi chica.

Justo cuando se aleja, los hermanos Kennedy, Alex y Will se acercan a nosotras. Mi hermano no parece muy contento.

—No deberías estar aquí, Gabriella. Ve a casa.

—¿Qué? —Frunzo el ceño. —¿Por qué?

—Los Quinton están aquí. 

Los hermanos Quinton son conocidos por ser problemáticos. Siempre que hay un problema, ellos están en el medio. En más de una ocasión terminaron a los golpes en peleas donde Carper y Alex se involucraron. 

—¿Y? Ni que les fuera a hablar. Además, no eres mi padre como para controlar lo que hago o dejo de hacer.

—¿No me escuchaste, Gabriella? —Me toma del codo y me acerca a él. —Ve. A. Casa.

En un acto reflejo miro a Carper en busca de ayuda, pero sólo abre la boca y la vuelve a cerrar. Will me observa con un gesto de disculpas —en esto debe estar de acuerdo con el idiota de mi hermano— y, de mala gana, me zafo de su agarre.

—Vete a la mierda, Alex.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar lo más rápido posible para alejarme de él, sin ver realmente por dónde voy, hasta que me choco con un pecho fuerte y unas manos que me atrapan justo a tiempo. Al alzar la cabeza, me sorprende encontrarme con el rubio de aquella fiesta.

Sí, aquella que hizo que Carper comenzara a llamarme panda.

Maldito Carper, sal de mi cabeza.

—Hey.

—Hola. —Me reincorporo, un poco aturdida. 

—¿A dónde ibas tan molesta?

—A ningún lado. En realidad estaba huyendo de mi hermano. No esperaba volver a verte.

De las cosas que nunca pudimos decirnos (‹‹Serie ADV 1››) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora