En cada uno de mis cumpleaños, el sol parece brillar más fuerte. Los pájaros entonan una canción especialmente para mí y el mar está calmo, prediciendo un buen año a la vista.
Antes de que pueda preverlo, Sissy, Will y Maya entran a mi habitación cantando el feliz cumpleaños. Mis amigas prácticamente se arrojan sobre mí y me envuelven entre sus brazos, haciéndome reír.
—¡Feliz cumpleaños! Esto es para ti, de parte de las dos.
Sissy me extiende una bolsa, y pronto descubro que esconde un estuche con bastante maquillaje de todo tipo.
—Gracias. Me encanta.
—A ver, a ver, que yo también quiero darle su regalo —protesta Will.
Mis amigas se hacen a un lado y mi amigo se sienta junto a mí, revolviéndome el cabello. Luego, me extiende una cajita que, dentro, tiene un relicario en forma de corazón. Cuando lo abro, me encuentro con dos fotos de cada lado, y en ambas salimos todas las familias. Me abalanzo a su brazos.
—¡Es precioso! Gracias.
—Una chica tan hermosa como tú se merece un regalo igual de hermoso —murmura para que solo yo pueda oírlo.
Su comentario, lejos de incomodarme, hace que se me coloreen las mejillas. Maya y Sissy deben notarlo, porque intercambian una mirada extraña.
Cuando bajamos las escaleras, mamá, papá y Alex nos están esperando con sus respectivos regalos. Tras abrazarme y desearme un feliz cumpleaños, papá y mamá me entregan una bolsa.
—Esperamos que te guste. Si no es así, siempre lo puedes cambiar. Pensamos que querrías usarlo para la fiesta de esta noche.
Intrigada, meto la mano en la bolsa y saco un precioso vestido dorado que reluce por sí solo. Está muy alejado del tipo de prendas que suelo utilizar, pero creo que ese fue exactamente el punto de mis padres al regalármelo.
—¡Por supuesto que lo usaré! Gracias.
Vuelvo a abrazarlos y, por último, me dirijo a mi hermano, que no parece tan seguro al entregarme su presente. Digamos que demostrar cariño nunca fue lo suyo, aunque sé que en el fondo me quiere, y con eso me basta.
—Esto es tuyo. Ni se te ocurra abrazarme ni ponerte pegajosa, por favor.
Emocionada por descubrir qué puede haberme llegado a comprar, lo abro, y descubro una preciosa musculosa floreada, que llega apenas por debajo del ombligo.
En contra de sus deseos, lo abrazo.
—¡Gracias!
—Sí, sí, de nada —responde, quejumbroso, dándome palmaditas en la espalda, pero sé que una mini sonrisa baila en sus labios.
—Bueno, tenemos que preparar todo. Pronto llegarán las familias —dice mamá una vez el momento de hermanos se termina.
Will se queda con Alex, y mis amigas me siguen escaleras arriba para ayudarme con el outfit. Terminamos por armar uno con la blusa que mi hermano me regaló.
Entre charla y charla, se asoma un tema que ya estaban tardando mucho en tocar.
—¿De qué nos perdimos? —inquiere Maya mirándome a través del reflejo del espejo, detrás de mí.
—¿A qué te refieres? —replico mientras me coloco uno de los labiales nuevos.
—Carper y tú están muy amiguitos últimamente.
—Ya les dije; hicimos un pacto de paz. Somos amigos.
—Sí, muy amigos... —Sissy pone los ojos en blanco.
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De las cosas que nunca pudimos decirnos (‹‹Serie ADV 1››) ©
RomantizmGaby y Carper se odian. Él es insufrible. Ella, intolerante. Pero la verdad oculta es otra: ella ha estado enamorada desde siempre del mejor amigo de su hermano. Sin embargo, se ha prometido que este verano será diferente. Buscará amor en otras part...