Cuando Jaekyung llegó a dicho edificio, fue informado que Dan llevaba viviendo dos semanas ahí, y las primeras dos semanas había estado en casa de su entrenador.
Además de contar con pasajes para el extranjero, siendo en una semana que se iría de Corea.
Las sensaciones que tenía eran contraproducentes. Sabía que debía molestarse con su entrenador, pero al mismo tiempo de mantenerlo a salvo, se lo agradecía.
El hecho que sus amigos lo cuidarán lo aliviaba, y el saber que Dan se iría del país, le hacía sentir abrumado y con ganas de verlo antes.
Llegó al apartamento indicado y tocó la puerta, escuchando la voz leve del mayor pregunto "¿Quién es?" mientras escuchaba lentamente unos pasos acercarse.
La inquietud que había tenido en todo ese mes, su pulso acelerado y su cansancio extremo. Sentía que solo escuchar la voz del mayor, le tranquilizaba hasta el alma.
Dan lo vio por la cámara que tenía y se alejó de la puerta. Su corazón latía inexplicablemente rápido, su cuerpo empezó a temblar cuando escuchó la voz que conocía realmente.
—- Dan... Dan —- su voz era irremediablemente suave —- Por favor, se que estás ahí... Abre la puerta.
El mayor retrocedió, cayendo en el suelo sin poder contener las lágrimas.
¿Cómo lo había encontrado?
¿Por qué lo seguía buscando?
¿Por qué no podía dejarlo en paz?
Realmente estaba intentando vivir con tranquilidad, ¿cómo se atrevía a seguir dañándolo con su simple existencia?
La puerta sonó una y otra vez, sin que este pudiera moverse de su sitio, simplemente escuchando como alguna especie de maquina, abría la puerta.
Jaekyung ingresó, encontrándose directamente con el pelicastaño en el suelo y la mirada completamente asustada.
Sus familiares, que lo habían seguido para encargarse de cualquier asunto extra, simplemente esperaban afuera. Y el abuelo era el primero en estar ahí, escuchando y viendo disimuladamente todo lo que pasaba.
Dan tenía su cuerpo tiritando, abrazándose a él mismo mientras se negaba a hacer contacto visual.
El pelinegro suspiró, acercándose lentamente hacia el mayor, sintiendo como este retrocedía como podía.
—- Lo siento tanto Dan —- admitió el menor, dejando de acercarse, sabía que solo lograría más rechazo de este si decidía abrazarlo.
El pelicastaño escuchó, dichas palabras llenas de sinceridad pero... ¿Qué es lo que realmente se arrepentía?
¿Por qué unas disculpas parecían tan simples para el peso de su corazón?
Estaba sumido en un abismo cada que veía los ojos negros del menor, sintiendo como se perdía en su mirada.
El miedo que antes sentía fue disminuyendo para convertirse en una especie de ira con melancolía, dejando de temblar y secando las leves lágrimas que habían caído producto de la impresión
—- Lamento todo lo que te hice —- continuó el pelinegro, algo extrañado por mencionar palabras que nunca antes había usado —- Yo realmente... No... No debí tratarte tan mal.
Dan desvió la mirada, realmente le parecía algo tan estúpido... ¿Qué buscaba realmente?
¿Acaso creía qué iba a sentirse tranquilo por unas simples palabras?
¿Cómo se atrevía a interrumpir en el pequeño momento de tranquilidad que estaba intentando conseguir?
—- ¿Qué quieres? —- preguntó directamente el mayor, dejando a un sorprendido pelinegro, el tono de su voz no mostraba ni una pizca de amabilidad, incluso podía sentirlo mezclado con resentimiento.
—- Solo... —- susurro el menor, sin saber realmente qué responder.
¿Qué quería?
¿Por qué lo había buscado?
¿Cómo podía explicar todo el remolino de emociones que sentía en ese momento?
¿Cómo podía hacerle entender lo que verdaderamente sentía?
¿Cómo? Si él mismo se negaba a pensar en sus propios sentimientos.
—- Déjame en paz —- susurro el mayor, no tenía fuerzas para reclamar algo más, necesitaba tiempo para recomponer sus propias emociones, calmar su propia mente.
El pelinegro se sentó frente a él, sin decir ni una palabra, esperando a qué este se acostumbre un poco a su presencia y al mismo tiempo armando valor para decir algo que se había prometido no sentir.
Dan, no planeaba mirarlo pero solo quedó en ese mismo lugar, sabía que su luchaba contra él, perdería inevitablemente. Así que no podía solo echarlo de la casa.
Los minutos pasaron, el espacio estaba tan silencioso que solo podían escuchar sus respiraciones y sus corazones latiendo.
—- Dan... —- susurro de la nada el menor —- ¿Cómo te encuentras? —- se había dado cuenta que en todo ese momento, solo habían hablado de él... Incluso el pelicastaño llegó a preguntarle qué quería.
Pero... Un buen tiempo, rogaba que el mayor estuviera bien y viviendo de manera tranquila, preocupado por su desaparición.
Entonces, ¿por qué recién preguntaba sobre lo más importante?
—- Estaba bien hasta que te vi —- mencionó rápidamente el pelicastaño, sin darse cuenta de sus palabras. Y sintiendo un leve miedo ante la reacción del pelinegro, ¿podría golpearlo por hablar de esa manera?
Jaekyung, leyó en algo el rostro del mayor, sintiéndose culpable por sus reacciones y sustos ligeros ante unas palabras tan simples.
—- Puedes hablarme como gustes, incluso golpearme —- mencionó el menor —- No tengas miedo, no te haré daño... Incluso si me golpeas con algo, no responderé porque me lo merezco.
¿No le haría daño? Eso era muy poco probable, pero aceptaba esa palabras, aunque no quería reclamarle nada.
¿De qué serviría gritar a una persona que nunca se sentiría herido?
Era peor que hablar con una pared, entonces... Solo estaría gastando su energía.
—- Quiero estar solo, quiero que te vayas —- habló Dan con un poco más de confianza —- Quiero que desaparezcas de mi vida y me dejes de joder.
El pelinegro observó la mirada desafiante del mayor, sus ojos sin rastro de compasión, su cuerpo denotándose cansado.
—- No puedo —- susurro el menor —- No puedo simplemente irme de tu vida.
El pelicastaño suspiro algo frustrado, ¿por qué era tan difícil dejarlo en paz?
Luego, recordó un tema que había olvidado por poco.
Oh claro, esto no se trataba de él. Todo era por el egoísmo que mantenía el pelinegro. Había olvidado que tenía una deuda y él nunca perdería, ¿verdad?
—- Te devolveré el dinero —- mencionó el mayor —- Buscaré la forma de darte todo lo que te debo, no te preocupes por eso.
Continuará...
¿Creen que Jaekyung se rendirá con Dan?
¿Cómo piensan qué arreglarán esa situación?
Puede que parezca algo pronto que esos dos se encuentren, pero solo quiero que sepan que faltan un montón de caps de redención y no, Dan no le perdonará fácilmente.
ESTÁS LEYENDO
| Nada que perder | Jinx [Jaekyung x Dan]
Fanfiction-Sé fuerte mi niño. -las palabras de la mayor resonaban en su mente. -Vive tu vida sin arrepentimientos. -Sé feliz. -Oh, que tan importante Consejo. En un mundo lleno de desgracias, lo único que lo alentaba era tener a su abuelita a su lado. ¿Qué...