| Nada que perder | Jinx [Jaekyung x Dan]

|41| ¿Adios?

—- No voy a aceptarlo —- dijo firmemente el mayor —- No quiero su dinero ni su compasión —- Una parte de él, creía que Jaekyung luego buscaría la forma de pedirle favores y aprovecharse de la situación. Dan no quería involucrarse con Jaekyung de esa manera y prefiriría pagar la deuda a su debido tiempo.

—- ¿Por qué no puedes aceptar eso? —- se preguntó el menor, no encontraba sentido en eso, ¿por qué no podía aceptar una ayuda?

Dan bajó la mirada por un momento —- No quiero involucrarme más con usted —- susurro él —- No quiero deberle nada.

El pelinegro suspiro un poco, ¿por qué hacía las cosas tan difíciles? ¿Qué acaso no se daba cuenta que con la deuda seguirían viéndose?

—- No me debes nada, es solo... —- suspiro este —- Quiero remediar mis errores de alguna manera.

El pelicastaño volvió a negar, esa no era la manera... Si hacía un acto tan grande como ese, se sentiría en deuda con él... ¿Y quién sabe? Incluso podría volver a trabajar para él...

—- No puedo aceptarlo —- suspiro nuevamente el mayor —- No quiero, no quiero sentirme agradecido con usted.

El pelinegro lentamente iba entendiendo la situación. Se daba cuenta que Dan no podía simplemente aceptar la cancelación de su deuda y seguir con su vida, probablemente su conciencia le obligaría a mostrar agradecimiento.

Además sabía que Dan no confiaba en él, y tenía sentido porque esa era la primera vez que hacía algo que realmente no le convenía y buscaba el beneficio de otra persona. Por primera vez en su vida, quería hacer algo bueno, sin esperar nada a cambio.

—- Es la única manera que tengo de disculparme —- comentó el pelinegro —- No conozco otras formas de compensar todo lo que te hice... Por eso, ¿podrás aceptarlo? —- era la última vez que le preguntaba, después buscaría otra forma de remediar sus errores. Pero no descansaría ni estaría en paz hasta que logre obtener el perdón completo del mayor.

No, ya no lo quería a su lado. Simplemente, deseaba cubrir sus equivocaciones y no ser odiado, era extraño, quería tantas cosas que lo confundían más.

—- Dije que no lo acepto, ¿cuántas veces tengo que repetir lo mismo?—- Dan se negaba rotundamente a que Jaekyung le perdonara la deuda, gracias a su firme reacción el menor solo pudo suspirar y aceptar.

Jaekyung observaba la mirada del pelicastaño, verlo tan decidido le gustaba mucho. Sentía como su corazón latia velozmente, la fuerza de Dan para superar los problemas más difíciles eran sorprendentes.

—- No tienes la necesidad de pagarme grandes cantidades para liquidar tu deuda —- comentó el menor —- No habrá ningún interés, incluso si me das 1 won... Está bien.

El pelicastaño asintió, aún dudaba de esa bondad. Pero se sentía más tranquilo al saber que sus deudas no incrementarian, de todas formas... Buscaría pagar lo más pronto posible para sentirse más libre.

—- Te escribiré cuando tenga el dinero del mes —- aclaró Dan —- ¿Está bien? De preferencia pásame tu número de cuenta.  

El menor asintió, hubiera preferido verlo presencialmente cada mes. Pero no podía reclamar ni exigir más condiciones... Quizás luego se le ocurriría algo. 

—- Y de ser posible —-  susurro el pelicastaño —- No quiero verlo cerca del lugar donde me estoy quedando, tampoco quiero que me investigue si me mudo.

El pelinegro fruncio el ceño, odiaba cada condición que agregaba Dan, se sentía abrumado por saber que nunca lograría estar cerca suyo. Poco a poco, se alejarían hasta quedar como completos desconocidos, en un tiempo... Él sería solo un mal recuerdo para el mayor.

—- Agh, mierda —- suspiro este —- Está bien, no te veré más, no te buscaré y esperaré a que me contactes... ¿Alguna cosa más?

Dan pensó por un tiempo, no quería ser demasiado irracional porque eso podría lograr que el menor se negara a sus condiciones —- No, eso es todo —- se sintió aliviado de haber establecido sus límites con Jaekyung y se enfocó en encontrar la forma de pagar la deuda sin tener que involucrarse con él de nuevo, simplemente confirmando su número y email para poder contactarlo.

Cuando Dan partió de vuelta al departamento donde se estaba quedando, no caminó muy rápido... Su corazón se encontraba tan confundido, por haber visto la mirada llena de tristeza del pelinegro, incluido su desesperanza. Nunca creyó verlo tan resignado, por lo que, se encontraba extrañado.

Creía que sentía lástima por él, a pesar de tener tantos lujos a su alrededor, parecía que su vida fuera miserable y sin ningún rastro de calidez.

Jaekyung, simplemente observaba como el pelicastaño se iba, no quería perder ningún detallada de su ida. Simplemente quería grabar en su memoria cada acción de este, quería poder recordar sus movimientos, su caminar, su manera de respirar.

La mirada de Jaekyung fue tan insistente, que incluso Dan pudo sentirla, volteando por un breve instante. En ese pequeño instante, la mirada del menor se iluminó, sintiendo cómo su corazón latía rápidamente. Y el pelicastaño, simplemente dedicó una ligera sonrisa.

—- Adiós —- fue lo único que pronunció el mayor aún sabiendo que el pelinegro no le escucharía, pero sorprendentemente había logrado leer sus labios.

—- Hasta luego —- respondió Jaekyung, negándose a que esa sea la despedida definitiva... Sintiendo una presión sorprendente en su pecho al verlo partir, algo que nunca había experimentado en su vida.

Sentía como un sentimiento de impotencia y desesperación se apoderaba de su ser, ligeros cúmulos de agua se instalaban en sus ojos; sin embargo, nada caía.

Jaekyung era tan inútil que ni siquiera podía llorar, sus lágrimas se estancaban en el inicio de sus ojos y se encerraban en el fondo de su corazón. Cosa que era aún más doloroso, porque lo estaba destrozando por dentro.

Cuando dejó de ver la figura de Dan, fue en ese momento que decidió volver a casa. Tenía un largo camino que recorrer, no le importaba ir caminando... Realmente no le importaba nada más en la vida.

¿En qué momento Dan logró significar algo tan importante en su vida? Era una pregunta que se haría siempre y no obtendría respuesta, pues... Parecía que ingresó en su corazón desde el momento que lo conoció o en cualquier otro momento. Tan solo se instaló disimuladamente sin que se diera cuenta.

Oh, definitivamente nada de eso hubiera pasado si él... Si tan solo él hubiera aceptado sus sentimientos desde el inicio, en lugar de huir como un cobarde por lo desconocido.

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