𝐀𝐑𝐄 𝐘𝐎𝐔 𝐅𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋? ★ Jake Sim.

15

-¿Cómo vas? ¿Ya lograste acercarte a Sage?- Preguntó un chico, del otro lado del teléfono.

-Ahora tenemos a una "amiga" en común.- Respondió Seunghan, riendo.

-¿Cómo está eso?

-Me hice novio de la amiga.

-¡Bien! ¿Al menos es linda?

-Mucho, y tiene unos atributos que, uf, chef kiss.

-Bueno, ¿y el objetivo? ¿Qué onda con la Sage?- Cuestionó.

-Si te soy sincero, se puso medio buena.

El contrario rodó los ojos.

-Haré como que te creo. ¿Y cómo reaccionó al verte?

-Se fue al baño. A chillar. Como siempre.

-Lo llorona nunca se le ha quitado.- Se rió.

-Y ahora menos se le va a quitar, pobre.

-Que linda sorpresita se va a llevar en el baile de primavera.

-Lo sé, oye, ya tengo que colgar.- Habló.

-¿Qué? ¿Te habló tu noviecita o qué?

-Cállate, Jiwoong.

-Ándale, bye.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
-Quiero funar a éstos dos.- Habló Riki, señalando a Heeseung y a Jake.

-¿Por?- Preguntaron al unísono.

-Porque ya no nos hacen caso por andar con sus amorcitos.

-¡Al menos no ando quedando con una de último!- Se defendió Jake.

-No, no, no, a ver, pausa. Aquí me pongo del lado del niño, porque Yuna es buena onda e influencia.- Habló Jungwon.

-Aguas que te la bajan, Riki.

-Ellos son primos...

-Ah.

-Bueno, pero el Jake se ganó la lotería. Su novia tiene lo suyito.- Dijo Jay.

-Si está. O sea, respetando a mi casi algo, si está linda.- Correspondió Riki.

-Hasta yo que soy niño de casa pienso que está bonita.- Comentó Jungwon.

-A ver, my friends, estamos conscientes del hecho de que Sage es mía, ¿verdad?

-Solo te la estamos chuleando, es puro cotorreo.

-Ni que fuera juguete. A ver, háganle lo mismo a Heeseung.

-¿Qué pasó ahí? Con mi niña no.- Se defendió el mencionado.

-Ahí está. No está padre.

-Dejenlo, lo traen muy loquito.- Se burló Riki.

-Oigan, cambiando de tema, ¿y el Sunghoon? ¿Qué fue de él?

-Ni me mencionen a ese.- Respondió Heeseung, de forma seca.

Todos hicieron una expresión exagerada de sorpresa.

-¿No que te había pedido perdón?

-No. Según sí, pero apareció Jiyoon por detrás y el perro asqueroso, feo y ceroqueveriento se puso a decirle de cosas ahí mismo.- Explicó.

-¡¿Y no la defendiste?!- Preguntaron los demás.

-¡No me dejó! Se defendió ella sola. Te juro que quedé más flechado.

-Ay, menso.

-Pues qué pena, la verdad.

-Ya sé.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.