Los días habían pasado, el celo de Yoongi duró tres días, días en las cuales no había dejado ni un segundo a Jimin. El omega quería estar pegado al alfa y que este le diera todos los mimos posibles.
Yoongi realmente quería arrancarse la cabeza. ¿Cómo fue posible que se comportara así con él alfa? Jamás pensó que otra persona ajena a sus padres y Namjoon supiera como era cuando entraba en celo. Toda la culpa la tenía su lobo, que era un tonto mimoso.
— hola hadita
— que quieres — respondió fríamente sin dejar de guardar sus cosas en su casillero
— quería saber como estabas
— muy bien, ¿no me ves?
— que bueno — jugó con las asas de su mochila — uhmmm, oye... te gustaría ir-
— espera un momento, si crees que lo que pasó en mi casa hizo que algo cambiara entre nosotros, estás totalmente equivocado, después de la exposición tú y yo haremos como si nunca nos hubiéramos conocido
— tampoco hay que llegar a tanto, podemos ser amigos
— ni en tus mejores sueños sería tu amigo, es más, si es posible te quiero a mil kilómetros lejos de mi
— eso no pensabas los días que pasamos juntos — dijo con una sonrisa, la verdad es que le gustaba molestar al omega, ver sus expresiones de ira era lo más lindo y tierno de la vida
Yoongi hizo un puño con su mano tratando de tranquilizarse. No podía perder la paciencia, tenía que calmarse, golpear al alfa más cotizado por la preparatoria sería como golpear al mismo presidente.
— escúchame bien alfa... si tu hablas, dices o mencionas algo sobre lo que pasó entre nosotros y como me comporto cuando estoy en celo, te juro que te castro con mis propias manos — cerró con fuerza su casillero y caminó lejos el alfa.
Los estudiantes que estaban presentes se sorprendieron por como estaba el omega nerd, su rostro solo reflejaba mucho enfado. Además de que iba empujando a los estudiantes para hacerce paso.
Jimin que tenía aún, una enorme sonrisa no se movió de su lugar — ¿dónde quedó el omega tierno, que me pedía mimos y besistos? Pero aún así no dejas de gustarme.
— ¡oye tú! — el beta llego hasta si amigo — ¿dónde estabas? Faltaste tres días a clases
— si supieras Jin — suspiró — pasé los mejores días de mi vida. Ya veo mi futuro junto a él y es maravilloso
— ¿estás enfermo?
— estoy enfermo de amor — volvió a suspirar — ¿te imaginas como serán nuestros cachorros? Me gustaría que salgan con sus hermosos ojos verdes y su piel tan tersa y suave
— ya vamonos a clase, alfa enamorado — pasó su brazo por los hombros contrarios — si sigues así de intenso, creo que lo único que conseguirás será una orden de alejamiento.
— aceptaria cualquier cosa de él
— ya lo perdimos — dijo mirando al techo
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Yoongi estaba en unos de las aulas que poco se usaban, le gustaba mucho su privacidad y la soledad en cierto punto. Le gustaba la compañía de Namjoon, pero había días que solo quería estar solo.
— concéntrate en los estudios Yoongi, para eso viniste a Seúl, no necesitas de ningún alfa, no claro que no.
Cerró sus ojos tratado de olvidar lo que pasó. Pero lamentablemente a su cerebro solo llegaban imágenes de él abrazando al alfa, como se aferraba olfateando su aroma, como hacia berrinches cuando no le daba mimos, como pedía que le diera besitos en toda su cara.
— ¡ay por dios! ¡salte de mi cabeza! Eso solo fue un arranque de mi celo, nada más.
¿Eso era? ¿Solo se había comportado así por que estaba en celo? Pero, sería la primera vez que su lobo no se ponía a la defenciva. Será que...
— no, en que estupideces piensas, eso no es posible, no puede ser posible — golpeó su cabeza con la mesa
— hey cerebrito, que haces aún ahí, te estuve buscando todo el receso.
Yoongi levantó la cabeza topandose con su mejor amigo, quien tenía un ramo de flores en sus manos.
— ¿y eso?
— las compré para Jin, es que hace unos días ganaron un partido y no tuve tiempo para darle algo, ¿crees que le gusten?
— eres realmente ridículo — sonrió — le van a encantar Nannie
— ¿todo bien? Porque esa cara
— descubrí algo que no quería, Namjoon
— ¿qué cosa? — dejó las flores en la mesa y se sentó junto al omega
— Jimin es mi predestinado
Namjoon no pudo evitar atragantarse con su propia saliva, jamás pensó que Jimin y predestinado, estarían en la misma oración y saldrían de la boca de la persona que decía que lo último que haría era involucrase con un alfa.
