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Yoongi guardaba las cosas que no iba a necesitar en su casillero, hace un mes había aceptado ser cortejado por el alfa, y hace un mes que siempre encontraba algún presente en su casillero, ya sea chocolates, gomitas, pastelillos, rosas o alguna carta. Normalmente le devolvía o se los daba a Namjoon, a excepción de las gomitas, esas si se las quedaba y más si eran de las ácidas.

— hola omega

Yoongi rodó los ojos cuando escuchó ese famoso "hola omega" que veía oyendo desde hace dos semanas aproximadamente por parte de un alfa que se creía con la confianza de hablarle como si fueran amigos de toda la vida.

Yoongi no le dijo nada y solo se concentró en dejar su último libro, cerrar su casillero e irse del lugar ignorando a ese alfa.

— ¡oye! ¿Acaso no te das cuenta que te estoy hablando?

— si me di cuenta, solo que no me interesa lo que tengas que decir

— espera omeguita — se puso delante, impidiemdo el paso — creo que te tengo que enseñar a como debes tratar a los alfa — en un rápido movimiento lo acorraló en la pared, acercándose peligrosamente a sus labios.

— y yo creo que te voy a enseñar a no meterte conmigo — con su rodilla le golpeó sus partes sensibles. El alfa cayó al suelo muy adolorido — si vuelves a acercarte a mi, te juro que no seré tan suave contigo imbécil

Le dijo antes de irse dejando a un adolorido alfa en el suelo.

— Joshua, ¿estás bien? — se acercó uno de sus amigos — te dije que no te acercaras a ese omega. Se que eres nuevo, pero Yoongi no es como los otros omegas que conoces

— Yoongi será mio, ya lo veras, nadie me dice que no

— estas jugando con fuego amigo, Yoongi es un omega de carácter muy fuerte, además, solo hay un alfa que pudo acercarse a él sin morir en el intento y no creo que te quieras meter con él

— ¿así? No me importa quien sea alfa, ese hermoso omega de ojos verdes será mio.

Jimin miraba con tanto amor al omega que estaba sentado al frente suyo

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Jimin miraba con tanto amor al omega que estaba sentado al frente suyo. Lo veía comer unas mandarinas que le compró, sabía su gusto por esa fruta, (gracias a Namjoon) así que todos los días en la hora del receso le daba cuatro mandarinas.

— ¿puedes dejar de mirarme? Es incómodo

— eres tan lindo

— pareces un psicopata — dijo llevándose un gajo de mandarina a su boca

— podría serlo, si eso quieres

— realmente estás mal — murmuró — por cierto, ¿no tenías entrenamiento?

— si, pero los chicos pueden entrenar sin mi, hoy quiero estar todo el día contigo

— ¿en serio quieres ser el mejor basquetbolista, faltando a tus entrenamientos? Que falta de profesionalismo

MI OMEGA REBELDE.〔Jimsu〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora