Yoongi y Namjoon estaban en el salón de biología estudiando para su próxima práctica. No querían ir a la cafetería, sabían de seguirían siendo la burla de media preparatoria y aunque a Yoongi eso era lo que menos le importaba, a Namjoon si que le afectaba un poco. Así que para la tranquilidad de su mejor amigo, era mejor alejarlo de ese montón de ridículos que no saben hacer más que meterse en la vida de otras personas.
— Jin ah estado llamándome — mennciona — no deja que decirme que quiere que lo escuche, que nada era lo que parecía
— que quiere explicarte, ¿qué no fue él quien se estaba besando con un alfa, si no que era su hermano gemelo?
Namjoon se encogió de hombros — nose, yo... bueno, quizás... talvez debemos de al menos escuchar su versión, puede que todo realmente sea un malentendido.
— ay por favor Nam, nosotros mismos vimos el video en donde Changbin les propuso esa apuesta
— pero todos merecemos el beneficio de la duda, ¿no?
— mejor ponte a estudiar, dentro de unos meses será el examen para la universidad y tenemos que ingresar si o si.
Namjoon asintió y volvió a sus libros, pero en su mente aún estaba la corta conversación que tuvo con Jin, al principio estaba reacio a escucharlo, ya que en su cabeza aún estaba la imagen del beta besando a otro alfa, además, del video que de la apuesta. Aunque este le juró que el video había sido un malentendido y lo del beso, fue a la fuerza. Namjoon no le quiso creer, ignoraba cualquier acercamiento del beta.
El alfa no podía evitar sentirse mal, cuando veía a Jin con sus ojos llorosos, diciéndole que jamas lo traicionaria, porque él también gustaba del alfa. Namjoon no sabía si creer o no, si darle una oportunidad. Aunque, todos merecemos una, ¿no?
Mientras tanto Yoongi solo podía pensar en Jimin, en como suplicaba de que creyera, que jamás se le hubiera pasado por la cabeza jugar con él. Su lobo también se sentía triste, quería estar con su alfa, que lo abrazara, que le dijera palabras bonitas, que lo recibiera cada mañana con una enorme sonrisa diciéndole que lo extrañaba, que lo acompañe todas las tardes a su casa. No le estaba gustando esa separación, quería de nuevo a su alfa.
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Era sábado y Yoongi estaba en su casa disfrutando de una agradable mañana, no hacia ni mucho frío, ni mucho calor, era un dia perfecto como para no hacer nada más que estar en su cama viendo películas.
Quería distraerse, pensar en cualquier otra cosa que no sea en Jimin, quien no dejaba de llamarlo y enviarle mensajes.
Cuando estaba apunto de poner play a la película que había escogido, escuchó el timbre. Le pareció extraño que el encargado no le llamara para decirle que alguien lo buscaba. Al mirar por el agujero de la puerta, se sorprendió al ver a la persona que se encontraba en el pasillo.
— ¿señora Park?
— hola, Yoongi, ¿puedo pasar?
Yoongi estaba dudando un poco, ¿que hacía la mamá de Jimin en su casa? Además, ¿cómo sabía dónde vivía? Él nunca le invitó a su casa.