Destinos Cruzados (TN x Nijika)

Capítulo 2: La Semilla del Amor

Los días pasaron y la amistad entre TN y Nijika floreció como una hermosa flor en primavera. Se encontraban regularmente en el parque, compartiendo risas, confidencias y momentos de complicidad que parecían sellar aún más su vínculo.

TN se encontraba cada vez más a gusto en la compañía de Nijika. Su presencia llenaba los espacios vacíos de su corazón con una calidez reconfortante. Cada encuentro con ella era como una bocanada de aire fresco en medio de la rutina diaria.

Un día, mientras paseaban por el parque, TN y Nijika se detuvieron junto a un estanque bordeado de nenúfares y juncos ondeantes. El reflejo del sol en el agua creaba destellos dorados que bailaban en la superficie.

Nijika miró a TN con curiosidad, una chispa traviesa brillando en sus ojos.

—¿Alguna vez has deseado algo con todo tu corazón, TN? —preguntó, su voz llena de emoción.

TN se sintió intrigado por la pregunta de Nijika. Reflexionó por un momento antes de responder con sinceridad:

—Sí, hay cosas que deseo profundamente. Como alcanzar mis metas y ser feliz en lo que hago.

Nijika asintió, con una sonrisa en los labios.

—Yo también tengo sueños y deseos, cosas que anhelo con todo mi ser. Pero hay algo más, algo que está más cerca de mi corazón de lo que puedo expresar con palabras.

TN sintió un cosquilleo en el estómago mientras miraba a Nijika, preguntándose qué podía significar eso. Había algo en la expresión de su amiga que lo llenaba de expectación y emoción.

—¿Y tú, Nijika? —preguntó TN, con curiosidad—. ¿Qué es lo que deseas más que nada en el mundo?

Nijika lo miró fijamente, sus ojos brillando con una intensidad cautivadora.

—Lo que más deseo, TN, es encontrar a alguien que me ame de verdad, alguien con quien pueda compartir mis alegrías y mis penas, alguien que esté dispuesto a caminar a mi lado en cada paso del camino.

El corazón de TN dio un vuelco al escuchar las palabras de Nijika. Había algo en su confesión que resonaba profundamente en su propio ser. Se dio cuenta en ese momento de que lo que Nijika anhelaba era lo mismo que él había estado buscando sin saberlo.

El silencio se extendió entre ellos, cargado de una electricidad palpable. Por un instante, parecía como si el universo entero contuviera la respiración, esperando para ver qué pasaría a continuación.

Y en ese momento, algo cambió para siempre en el corazón de TN. La semilla del amor había sido sembrada, y no había vuelta atrás.