"Todo lo que te dije en la mazmorra era cierto. Lo sigue siendo."
Rebobiné mentalmente las palabras de Seth con la esperanza de que dejaran de doler, pero tal cosa no sucedió, sino hasta que pensé en que todo aquello podría haber sido una simple jugarreta, una actuación cuya verdadera intención desconocía.
Sin su avasalladora presencia en el Salón, las dudas no tardaron en aflorar.
Nadie en su sano juicio y con corazón se quedaba inmóvil e inexpresivo ante un acto de injusticia como lo había hecho él en el Gran Comedor, y tampoco me constaba que no hubiera tenido sexo con la elegida.
Ese par de vampiros que se paseaban por el castillo eran ladrones de mentes y corazones; no podía fiarme de ninguno de los dos, por más que mi piel implorara por el regreso de sus besos invernales, o que sus ojos líquidos de cazador atontaran a las mariposas de mi estómago.
Guardé la maraña de sentimientos encontrados en un rincón de mi cabeza para enfocar mi atención en el libro negro.
Me dirigí hacia él y lo levanté del suelo con un gesto de disculpa al haberlo hecho volar por los aires.
Esa sensación premonitoria volvió a arrastrarse por la punta de mis dedos cuando me senté en la salita para hojearlo. Esta vez, el pergamino no se retorció ante las garras y las fauces del monstruo que deseaba atravesarlo. Ahora era una mancha de tinta la que se expandía por la superficie, líquida y negra como la sangre del vampiro.
Deseé lanzar el libro por segunda vez, alejarlo de mí, pero el rostro asustado de Becca asaltó mi pensamiento. Ella sería la próxima en abandonar el castillo y el tiempo se agotaba. No tenía otra opción más que internarme en las sombras de lo paranormal para obtener respuestas.
La mancha de sangre negra se replegó en el centro de la página que observaba y después se extendió formando letras deformes, palabras, frases. ¿Qué clase de magia o truco perturbador era aquel?
Con un susurro nervioso, leí el texto líquido que se reveló ante mis ojos atónitos:
Lucy Miller,
el Príncipe de la Oscuridad te saluda desde el reino que siempre arde.
Un deseo ha aflorado en tu corazón, ¡lo sé!, y yo, la legión,
puedo hacerlo realidad.—Ay, mierda. ¿Es mi imaginación o el libro te está ofreciendo cumplir un deseo? —Susurró una voz exaltada detrás de mí. Torcí el cuello con un movimiento doloroso y me encontré con la mirada absorta de Becca.
—¿Qué demonios haces aquí? ¿En qué momento llegaste? —pregunté con una mano en el pecho, tratando de amortiguar el repiqueteo alterado de mis latidos.
—Acabo de llegar —respondió sin mirarme—. ¿Acaso ese es el libro negro?
Afirmé con un movimiento de cabeza. Cuando volví el rostro hacia las páginas amarillas, el mensaje ya había desaparecido.
—Esto va más allá de cualquier visión que haya tenido jamás.
—No es una visión, Lucy. Yo también lo vi. O tal vez las dos ya perdimos la cabeza. —Su rostro se contrajo en una expresión de horror—. Ay no, está formando letras, otra vez. Es mi... ¿nombre?
Rebecca Anderson.
Huelo tu deseo a través del fuego infinito,
pero no estás dispuesta a pagar por él.
El miedo es tu mayor enemigo.
El látigo, la daga y el altar negro esperan por ti.
La hora de tu muerte ya se ha fijado, y viene, más pronto de lo que crees.—Debe estar ¿bromeando? —me apresuré a decir con un hilillo frío de voz.
Becca me lanzó una mirada encendida.
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Carne y Sangre #PGP2024 #PTR 2024
Fantasy¿Será el amor oscuro, la amistad o... la magia negra, la llave para escapar con vida del castillo maldito? Acompaña a Lucy Miller en esta retorcida historia de fantasía oscura llena de misterios malignos, criaturas del inframundo, tortura y deseo.