☆22☆

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No te duermas
la noche es un silencio
lleno de estrellas.

Mario Benedetti.

Mini maratón 1/2

Blake:

Entré a mi habitación y le puse pestillo.

La cabeza me daba vueltas.

Las nauseas se hicieron presentes.

Un sinfín de recuerdos llegaron a mi mente.

Las lágrimas no tardaron en llegar y comencé a llorar, llorar por lo que no pude hacer y por lo que hice.

Y lo peor es que no me arrepiento.

No tengo ningún tipo de remordimiento.

Lloré por mi hermana.

Lloré por mi madre.

Lloré por las decisiones del pasado.

Lloré por las muertes.

Lloré y recordé la sangre en mis manos.

El olor a metal.

Los golpes.

Los gritos.

Disparos.

Navaja.

Rojo.

Ambulancias...

Por instinto busqué mi teléfono y marqué a ella.

Ella...

Mi Stella.

Tan linda y pura.

Y yo... tan tóxico y vacío.

Y lo peor de todo es que a pesar de saber que si Stella está conmigo estará en peligro yo aún así quiero estar con ella.

Es algo inevitable, estoy enamorada de ella.

¿Blake? ¿Qué pasa?

—Lo siento mucho por llamar a esta hora.

Estás... ¿llorando?

Yo, yo...—sorbí mi nariz e intenté respirar.

Hey, relájate—su voz sonó preocupada—. Respira conmigo, respira y exhala.

Lo hice junto con ella varias veces hasta que me relajé un poco, ya respiraba otra vez normal.

Su voz me daba paz, con solo escuchar su voz siento que el mundo no es tan malo después de todo porque me hace dar cuenta que la tengo a ella.

—Gracias.

Nada que agradecer, ahora cuéntame, ¿qué te pasa?

Haría lo que fuera por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora