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"Las mujeres fuertes también se derrumban, pero no hacen ruido"

Emilia Sifuentes.

—¿Qué?—hablé, estupefacta.

«Meses de vida»

«Meses de vida»

Mi mamá volteó a verme donde yo estaba y abrió sus hinchados ojos como platos.

Se descubrió algo que fuera sido mejor no descubrir.

Ay.

—¿Co-como que meses de v-vida?—pregunté con los ojos aguarapados—¡¿Contesta por dios?!

—Tu abuela tiene cáncer de hígado y ya en estado terminal, Stella—habló mi mamá brotando lágrimas por sus ojos.

¿Diane? ¿Qué pasa?—escuché en el teléfono de mi mamá, no había colgado la llamada.

—Hablamos después, Nicole—dijo mi mamá, colgando la llamada.

—¡¿Por qué no me habías dicho nada mamá?!—espete—. ¡Me tuve que enterar así! ¿Cuando me iban a contar? ¡¿cuando mi abuela se muriera?!

«Ella se va a morir y ni siquiera iba a saber de que mamá»

Stella...

—¡¿Dime, mamá?!

—¡No grites que vas a despertar a los demás Stella Cooper!

—¡Pues, habla entonces!—chille.

—¿Qué está pasando aquí?—preguntó mi padre  bajando las escaleras.

—Ya me enteré papá, por lo visto no era la menopausia.

—¿La qué?—preguntó mi mamá.

—Nada—respondió mi papá—. ¿Se lo dijistes?

—No, se enteró porque estaba hablando con Nicole por teléfono y ella estaba aquí en la sala—explicó mi mamá.

—En realidad lo sé desde hace unos días, mamá.

—¿Qué?—preguntaron mi mamá y papá al uniso.

—¡El punto es que no me habían dicho nada!—ya estaba al borde de las lágrimas—. ¿Cuanto... meses de vida le quedan?

—No se sabe, Stella.

—¿Díganme que es solo una pesadilla lo que esta pasando este momento?

—Ya quisiéramos, Stell—contestó mi papá con los ojos hinchados abrazando a mi mamá. Mi madre temblaba en su brazos.

Esa imagen siempre se quedaría en mi mente toda la vida.

—¿Hoy fueron con el doctor, verdad?

—Si, hoy fue que nos enteramos lo mal que se encuentra.

—¿Y no se puede...?

Haría lo que fuera por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora