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La luz es fácil de amar

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La luz es fácil de amar.
Muéstrame tu oscuridad.

Ron Israel.

Vale, el pintor oscuro me dejó sola.

S. O. L. A.

Estábamos tan bien, bueno, no me ignoró tanto.

Y derrepente, se va.

Por lo menos se despidió.

Pero... ¿por qué?

Y... hoy lo noté raro.

Bueno, siempre anda raro. Pero hoy estaba más, ¿apagado?

Me levanté, ya que había terminado de comer y caminé hacia el aula.

Por lo menos llegaré antes a clases.

Ya hoy me habían sacado de una clase.

No quería una segunda consecutiva.

Entre al aula y tome asiento en la parte de atrás.

Saqué de mi mochila la libreta y boli.

Y me puse a ver las redes sociales.

¿Blake tendrá redes sociales?

Es de suponer, o sea, ¿quien no tiene?

No se, tal vez él.

Aproveché que el profesor de historia no había llegado y me puse a investigarlo.

Más no apareció nada.

Vale, ¿cómo vive sin redes sociales? ¡¿cómo?!

Apague el teléfono y lo guarde.

El profesor llegó y comenzó con su clase.

Aburrido.

Necesito salir bien en los exámenes, sino mi papá y mi mamá no me llevarán a Alemania cuando cumpla 18.

Faltan aun 4 meses.

Lo se, pero igual.

Tomé nota tanto en la libreta cómo mentalmente sobre lo qué estaba explicando el profesor...

—En dos semanas tendrán qué hacer un trabajo sobre lo que les hable, en pareja.

¿Con quien me va a tocar a mí?

—Pero, las parejas los elegiré yo, ¿okey?—saco una lista y comenzó a nombrar a los estudiantes y con quién les iba a tocar. Yo estaba cruzando los dedos para qué me tocara alguien qué estudié—... Stella Cooper, con Blake Morgan.

¿Qué?

¿Con el pintor oscuro?

Que suerte.

Haría lo que fuera por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora