Stella Cooper, una chica muy habladora y escandalosa, amante de la pintura y las estrellas. Blake Morgan, un chico silencioso y amante de la soledad. Él piensa el lado negativo del mundo, ella lo positivo. Ella busca conocerlo, él no quiere que nadi...
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Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección.
El principito.
Me miré al espejo un momento antes de comprobar si el atuendo que había elegido se me veía bien. Sonreí, un tanto nerviosa. Le había dicho a Blake que si nos podríamos reunir en alguna parte, él aceptó y iremos a una cafetería no muy lejos de casa.
Me había puesto unos pantalones anchos, un suéter de lana manga largas color blanco, una bufanda beige y unas botas negras. Un poco de blush y gloss y mi cabello recogido en una coleta baja con un gorro a juego con la bufanda.
Hacía mucho frío, MUCHO, estábamos casi a 3 grados bajo cero, que se me congelaba el culo.
El mío se me está derritiendo del calor.
Salí de la habitación y bajé las escaleras. Mi mamá estaba entrando a casa, muerta del frío.
—No sé qué mierda con el clima, pero parece que cada día hace más frío.
—La verdad.
—¿Vas ir a salir con Blake?
—Si.
—¿Sé lo vas a decir?
Asentí.
—En algún momento lo tengo que hacer, además que solo me quedan dos días para pensármelo.
—Ya verás que todo saldrá bien, bebé.
—Eso espero—murmuré.
El timbre de la puerta sonó y la abrí, Blake estaba parado temblando del frío y con una cara muy sería, pero mi vista se había quedado fija en un ramo de flores.
Tenía los labios en una "o" ¡que hermosas las flores!
—Stella, no quiero romper el momento pero me estoy congelando aquí afuera.
—S-si, ¡perdón, perdón! Me distraje con el ramo de flores ¡son bellísimas! Amo el rojo, es el color de la pasión...
Blake me miró y cerré la boca, apenada.
—Ya se me hacía extraño que no hablaras de más.
—¡Blake!
Se rió y ya adentro me dio el ramo de flores. Eran rojas, muy hermosas. Eran claveles...
—Estas flores me gusta mucho su significado, así que te las quise regalar—se rascó el cuello, un tanto nervioso—. No soy el típico chico que regala tulipanes o rosas.
Mi mamá lo interrumpió con sus brazos flexionados hacia su cintura y las cejas levantadas.
—¿Pero que tienen de malos los tulipanes? Son mis flores favoritas y Thomas siempre me regala esas flores.
