Capítulo 8

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Medusa en la mitología griega fue castigada por Atenea luego de que Poseidón abusara de ella en su templo. Muy mal si me lo preguntan. Medusa en su mitología siempre me dio lástima, por su ataque en manos del Dios de los Océanos, como fue convertida en un monstruo y su trágica muerte.

Medusa para nosotras era lucha, fuerza y valentía. Ellas tienen poder. Se les devolvió luego de que se lo arrebataran. Pero no se equivoquen, las Medusas, todas ellas, eran libres. Se les dio una nueva oportunidad a cada una de ellas. Se las rescató, se les devolvió el valor, y la confianza en ellas mismas. Podían elegir entre retomar o formar una nueva vida. Contarían siempre con nuestra protección igual. Pero también podían unirse a nosotras y salvar a más personas. Tendrían recursos, privilegios y algunas obtendrían su anhelada venganza y su redención.

Papá no tenía idea de que tanto Greta como yo habíamos hecho un intenso y exhaustivo entrenamiento. Como el de las fuerzas de Elite junto con las medusas. Que luego hayamos decidido permanecer cerca de casa era otra historia. Podíamos seguir ordenes. Tema aparte era Aria.

Aria era caos puro. Imposible que siguiera reglas. Tampoco es que fuera imprudente, pero ella decidía no seguir ciertas ordenes. La burocracia innecesaria cuando tenía los recursos para obtener los mismos resultados en menor tiempo y sin arriesgar gente inocente. ¿Pedir un permiso para entrar en una computadora? ¿Para que un juez habilite la orden de aprensión de alguien, y que al tardar esa persona pudiera escapar?. No. No era una justiciera tampoco. Solo era Aria. 

FRIDA

Mi cabeza era una nebulosa. Sentía que mi cuerpo estaba en el aire pero a la vez cada acción20que tenía que realizar me costaba demasiado.
Luego de que Helena y Greta me ayudaron a limpiarme y mi doctora me revisara, volví a acostarme. Alguien se encargo de cambiar  las sábanas por suerte, aunque no se quien la verdad. Seguía revisando mis manos que hace unas horas habían estado cubiertas de sangre. Mi sangre.
Muevo mi rostro hacia el lugar que hasta ayer ocupaba mi Travis para dormir y encuentro a mis hijos durmiendo. Un pensamiento horrible pasa un segundo por mi mente. No los quiero ahí, es el lugar de Travis.
— Maldición — murmuro en apenas un hilos de voz. 

—  Nena ¿como te sientes? - Helena, Greta y Aria entran a la habitación con una bandeja y un vaso del que supongo que es mi bebida favorita. 

— No más drogas paras sedarme.
Miro atentamente a cada unas de ellas y todas asienten en silencio

— Oí su conversación con papá. Pueden encargarse de la...- no se ni como decirlo- situación como ustedes quieran o lo vean necesario pero luego de despedir a Travis. - bebo un sorbo de mi té helado - Las necesito conmigo. 

— Y estamos - Greta se apresura a sentarse a mi lado. Una de sus manos acaricia casi inconscientemente mi pierna y sin quererlo demasiado una sonrisa desganada se dibuja en mis labios. Greta siempre fue así con nosotras. Su lado maternal siempre salia a relucir cuando de Helena y de mi se trataba. Mi hermana menor apoyo la bandeja en sus piernas en vez de las mías y como si los roles se hubieran volteado recreamos una escena de hace años, en la que yo la alimentaba, solo que esta vez ella lo hacia conmigo.
Me obligo a comer mientras ella me corta pedazos de carne en pequeños trozos. 

— Quiero tener a este bebé. No puedo perder lo último que Travis me dejó. Fingiré que estoy bien, que no quiero destrozar todo y a todos. Una vez que nazca lloraré y haré el duelo, pero mientras todo será paz y amor.
Las palabras de la doctora se repetían en mi mente. 

"Tienes que intentar que el bebé permanezca el mayor tiempo posible dentro de ti. Si tu presión arterial vuelve a elevarse es un factor de riesgo"

—  Hagan lo que tengan que hacer, solo no quiero saberlo. Mientras no le suceda nada a ninguno más de la familia. Tienen mi autorización para manejar absolutamente todo.
Siempre fuimos una unidad las cuatro y aunque se que ellas tres comparten un estilo de vida diferente al mío, me quedó siempre tranquila al tenerlas cerca. Greta asiente y adopta el modo madre. 

Encadenada al Pasado© (Serie Encadenados: LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora