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Liam no podía creer la manera en la que el rizado estaba arrollado sobre si mismo en el sillón de su despacho mientras soyozos se escapaban de sus labios.

Luego de que Louis se hubiera retirado, se dirigió hasta oficina de Harry, Zayn lo había mandado a llamar urgente, pero nunca se espero encontrarlo de esa manera.

"Realmente caiste" murmuró sin intentar acercarse.

"Debemos ayudarlo" pidió Zayn sin tener idea de cómo ayudar a su amigo.

"No lo haré" respondió llamando la atención de sus amigos "¿Qué es lo que buscas con todo esto? Siempre te mofaste de Louis diciendo que era un adefecio y que nunca te fijarias en alguien como él. ¿Acaso buscas dañarlo más?"

"Li, lo lamento tanto. Por favor..." Llorisqueo con dolor.

"Soy un Omega también y tus palabras fueron crueles al igual que tus actos. ¿Porqué no buscas a uno de tus omegas y te olvidas de él?"

El silencio reino en la oficina.

"Li, estás siendo duro con Hazz" lo reprendió Zayn en medio de un gruñido.

"¿Duro? Y díganme ¿Cómo han sido ustedes con él? Alfas altaneros y soberbios..."

"Estoy enamorado de él, no dejes que me deje" susurró el rizado interrumpiendo a el Omega.

"Santa mierda" jadeó el moreno a su lado.

"Eres un alfa tan estúpido" negó con su cabeza Liam, está situación se ponía cada vez peor. "...Nunca estuvieron juntos"

"Por favor" dolia ver el estado del alfa, siempre tan intimidante y áspero con todo el mundo, mujeriego y desvergonzado... Y ahora, solo era una sombra de lo que había llegado a ser.

"Carajo, siempre soy yo quien intenta arreglar sus cagadas. Idiotas" magulló sentándose frente a el sillón en dónde agonizaba su amigo.


...
Los días que le siguieron fueron más duros de lo que se imaginó Louis, quien se limitó a hacer su trabajo sin esforzarse por ver a el rizado cada vez que entraba o salía de su oficina. Su actitud era más distante y fría al hablarle y evitaba sus ojos.

Sentía su aroma tornarse amargo a su alrededor, denotando su tristeza y sufrimiento, pero eso no fue suficiente como para cambiar su postura.

Harry se obligó a respetar la decisión del castaño, aunque eso no aminoraba su deseo de encerrarlo y demostrarle que haría todo por ser el alfa merecedor de su amor, así como ya lo era de su enojo.

Los primeros días fueron los más difíciles, los siguientes decidió trabajar desde su casa y darle el espacio que el Omega necesitará, porque no podía evitar ver su nerviosismo e incomodidad cada vez que se quedaba viendolo, implorando internamente por un poco de su atención.

Pero a él estar rodeado de la soledad de su casa, lo único que logró fue incrementar su tristeza al escuchar los regaños y gimoteos de su lobo.


Pero a él estar rodeado de la soledad de su casa, lo único que logró fue incrementar su tristeza al escuchar los regaños y gimoteos de su lobo

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Mi Secretario PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora