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Louis se removió al sentir las caricias en su rostro, amando la comodidad en la que se encontraba. Se restregó contra los almohadones y mantas en las que se encontraba perdido, aspirando profundamente el delicioso aroma que lo rodeaba hasta saciarse, hasta que recordó dónde se encontraba.

Asustado, se sentó intentando enfocar su vista.
"Buenos días, Lou" la voz rasposa y gruesa se escucho a su lado. Harry había dejado su forma de lobo y ahora yacía a su lado, vistiendo una remera y unos pantalones holgados de algodón.

"Mierda...me tengo que ir" respondió asustado, intentando levantarse, ganándose un gruñido por parte del rizado.
"No me gruñas, lobo malo" lo regaño.

"No te vayas...¿Por favor?" Le suplico sentándose para estar a su altura.

"Harry, sabes que no debería estar aquí"

"Pero estás"

"Solo porque no me gustó la forma en la que te vi"

"¿Te preocupas por mi?" Su tono no era burlón, pero denotaba esperanza.

"No"

"Si y lo sabes. Lou, solo déjame que te explique"

"No necesito escuchar más, no quiero explicaciones de nada. Debo ir a mi casa" hizo el amago de gatear para salir del nido.

"No te vayas por favor. Solo dame la oportunidad de enmendar mis errores"

"No necesitas hacerlo" decidido, salió de la comodidad del nido, tomando sus zapatillas para colocarselas.

"Conozcamos de nuevo, no como jefe y secretario, sino como Harry y Louis."

"¿Qué diferencia abría? Siempre fui solo yo delante de ti, siempre fui real y no creo haber llamado tú atención de esa manera. No planeo cambiar mi forma de ser solo para agradarte o a tu círculo de amistades, todos apestan"

"Siempre llamaste mi atención" susurró avergonzado.

"Mientes"

"Lou"

"No dejaré que me lastimes, será mejor que me vaya. Espero que te recuperes, tu empresa te necesita. Nos vemos" respondió con el corazón latiendo a mil, si se quedaba un momento mas todos sus instintos sucumbirian ante las suplicas y ruegos del alfa y no era tan fuerte como para negarse como Omega, como Louis.




 Nos vemos" respondió con el corazón latiendo a mil, si se quedaba un momento mas todos sus instintos sucumbirian ante las suplicas y ruegos del alfa y no era tan fuerte como para negarse como Omega, como Louis

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Liam seguía sentado frente a el escritorio de su amigo sin apartar la mirada de él. Su actitud había cambiado cien por ciento y a pesar de que eso lo descolocaba, entendía que era lo que había producido ese cambio.

Días después de que el Omega lo hubiera dejado solo en su casa, decidió volver a su empresa, encontrándose con el caos que se había generado por su ausencia.

Zayn se encontraba estresado y agradeció que fuera Harry quien pusiera orden en el lugar, logrando que todos volvieran a sus trabajos y completarán los que faltaban.

Mi Secretario PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora