Harry era un completo idiota.
Louis era su invisible secretario que se escondía tras sus enormes gafas, suéteres a cuadros y pantalones ajustados.
Harry nunca voltearia a ver a su secretario, menos teniendo la cantidad de omegas, betas y alfas que c...
Louis sujetaba con fuerzas las sábanas entre sus manos mientras el alfa arremetía contra él con ímpetu. Su nuca estaba siendo sujetada por una de las manos del alfa, aprisionandolo contra el colchón, mientras la otra estaba anclada a su cadera, impidiendole moverse.
"Si alfa, tan grande" gemía.
"Omega" gruñó el alfa "Te voy a llenar tanto".
Si, cachorros. Muchos cachorros. Exclamó su lobo.
"Besos" reclamó en castaño con su cabeza aún contra el colchón. El alfa pegó su pecho a la espalda sudada del Omega, repartiendo besos en su cuello y hombros para seguir con su mandíbula y llegar a su boca. Besos desordenados, llenos de baba y sudor eran los que compartían con gusto, sin dejar de follarlo con mas intensidad.
Su nudo estalló, llevando a el Omega a otro orgasmo que se sumaba a la cantidad que ya había tenido bajo el cuerpo del alfa.
Harry lamió el cuello del Omega, dónde varias marcas violaceas se mostraban decorando su acaramelada piel, tranquilizandolo mientras el nudo bajaba.
"Alfa" lo llamó el castaño.
"Aquí estoy amor" respondió expulsando el aire en sus pulmones.
"Baño"
"Espera que baje el nudo y nos bañamos juntos precioso" Louis ronroneó contento por los mimos de su alfa.
La cama era un lío de sábanas mojadas por el lubricante, sudor y semen. Sus aromas estaban fusionados a la perfección y sus cuerpos temblaban por los espasmos de su encuentro recurrente.
Después de que el nudo bajara, Harry tomó entre sus brazos a un dormido Louis que se aferraba a su pecho desnudo y fregaba su mejilla contra él, conduciendolos hacia el baño. Cuando la tina estubo llena de agua tibia, los sumergió a ambos en ella, gimiendo al sentir la calidez del agua y sus músculos relajarse.
Harry lavo por completo a el Omega delicadamente, procediendo de la misma forma con su propio cuerpo y cuando estubo satisfecho los enredó entre toallones.
Ordenar la cama no había sido sencillo, pero cuando terminó acomodó a el castaño en ella, acurrucándose junto a él para caer rendido hasta que el calor volviera a encenderlos.
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Louis despertó envuelto entre los brazos del alfa, con su cuerpo dolorido y un vago recuerdo del momento en el que su celo se activo al sentirse sofocado por el aroma del rizado.
Volteó a verlo a pesar de la poca luz de la habitación, enterneciendose al ver sus rizos desparramados por la almohada y se cejo medio fruncido. Delineó con su dedo la mandíbula perfilada, siguiendo con su nariz y labios.
"Omega" gruñó el rizado sujetándolo más fuerte por la cintura.
