Harry era un completo idiota.
Louis era su invisible secretario que se escondía tras sus enormes gafas, suéteres a cuadros y pantalones ajustados.
Harry nunca voltearia a ver a su secretario, menos teniendo la cantidad de omegas, betas y alfas que c...
Louis queria darse la cabeza contra la pared. Tres dias después de haber visitado a el médico, Harry se esforzó por crear un enorme nido en su habitación que casi provoca que tuviera que sacar los muebles.
Despues de la primer noche durmiendo en el cómodo lugar, obligado por su alfa, el Omega se había despertado la mañana siguiente con la gloriosa imagen de el lobo blanco mirándolo fijamente, ronroneando al lamer su rostro, manos y vientre.
"¿Qué Sucede lobito?" Harry gruñó acomodándose tras su espalda, oliendolo y bufando al mismo tiempo.
"Estás muy mimoso, ¿Dónde está mi Hazz?" Indagó dándose vuelta para ver el rostro del lobo. "¿Vas a volver a mí, alfa?" Preguntó recibiendo más bufidos, mientras el lobo se removía hasta descansar su cabeza en el vientre del Omega.
Louis lo observaba con dulzura, pero al mismo tiempo desconcertado. ¿Qué estaba pasando con su alfa? El sonido de una llamada lo obligó a estirarse hasta alcanzarlo. Era difícil cuando el lobo no pretendía correrse de su lugar en el vientre del castaño.
"Louis, están demorados. La junta con Wall es dentro de veinte minutos" la voz de Zayn se escuchaba cansada.
"Lo siento, Harry no se encuentra bien" el lobo levantó un poco su cabeza para mirar fijo a el rizado.
"¿Qué le pasó ahora?"
"No está, eso es lo que pasa"
"¿Cómo que no está? ¿Necesitas que vaya?"
"No, tranquilo. Hazz no está, pero un gran lobo blanco está recostado encima mío. No creo que podamos ir"
"Voy a matar a Harry cuando lo vea de nuevo. ¿Estás seguro que no le pasa nada más? Este comportamiento es muy raro"
"Lo sé, hasta a mí me ha descolocado. Solo quiero a mi harry de nuevo" bufó.
"Está bien, no enloquescas. Preocúpate por él, yo haré el mejor trabajo aquí"
"Gracias, zee. Le exigiré a Hazz que te recompense con unas muy merecidas vacaciones"
"Eso espero. Los veré luego"
Louis dejó su celular de lado y llevó sus manos hacia el lobo, acariciando sus orejas y pelaje suave. El lobo lo había marcado con su aroma de tal forma que su propio olor no se sentía.
"¿Quieres desayunar?"el lobo lo miraba expectante.
"Yo si voy a hacerlo. Espérame aquí si quieres" Pero el lobo no lo espero, Louis podía sentir su mirada siguiendo cada uno de sus movimientos mientras terminaba de cocinar los huevos, mientras su plato con frutas cortadas y café ya se encontraban en la mesa.
"Me encantaría que me dijeras qué está sucediendo" comentó cuando, al sentarse, el lobo depositó sobre su regazo su enorme cabeza. El lobo suspiró cerrando sus ojos ante las caricias en sus orejas.
El resto del día, Louis no pudo salir del departamento, ya que el lobo blanco lo perseguía como si de su sombra se tratase, sin emitir más que gruñidos para obtener su atención o gimoteos para recibir sus caricias.
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... A la mañana siguiente, Louis despertó en medio del nido completamente solo, escuchando a Harry tararear una cancion mientras salía del baño con el pelo mojado y una toalla rodeando su cintura.
"Despertaste amor" sonrió el rizado con ternura al ver a el castaño despeinado y fregando sus ojos.
Louis se sentó aún en medio del nido, con el seño fruncido. "Debemos hablar, hazz"
"¿Qué ocurre?" Indagó mientras abría el armario para sacar su ropa.
"Eso quisiera saber, me estás volviendo loco. Dime qué está pasando" su voz exasperada no logró más que sacar una risa del rizado.
Harry después de ponerse su pantalón con total oaciencia, gateó hasta estar delante del castaño.
"Lou" sonrió "¿No te sientes raro?"
"Por la luna hazz. El que ha estado raro eres tú" Louis cada vez comprendía menos y comenzaba a sentirse abrumado.
"Amor... Enfócate en mi voz" susurró con cariño. "¿No sientes nada raro en tu cuerpo?¿En tu aroma?"
El castaño cerró sus ojos y suspiró para luego llenar sus pulmones con el aroma de ambos combinados, pero hubo algo que llamó su atención. "Hay... ¿Estás usando algún perfume?"
"No amor, no lo hago" respondió simplemente. Los ojos del Omega se dirigieron a la mano que el rizado había posado sobre su vientre.
"Por la luna, no... No es posible" se sobresaltó.
"Podrías sacarte las dudas. Mi alfa estaba raro hace días y no le comprendía hasta que me pidió dejar que el saliera. Fue ahí que comprendí el cambio en mi apetito, o mi descompostura. ¿Recuerdas mis cambios de ánimo?"
"Hazz, no. El doctor"
"Muy reciente quizás"
"No... No sé" Louis no podía salir de su asombro, pero podía sentir la calma en su omega y distinguir el toque a pinos mezclado con propio aroma.
"¿No, no lo quieres?" Harry lo observaba con un toque de tristeza en su mirada.
"No es eso, amor. ¿Estás seguro?" El castaño se removía entre las mantas.
"Estamos seguros con mi lobo, pero si no es algo que quieres en este momento lo entenderemos. Lo importante es lo que tú quieras, cielo"
"Debemos ir a ver a el médico, o mejor me compraré una prueba, mejor dos o tres... No estamos seguros, debo cuidarme y hacer los estudios... "
"Calma, Omega. Haremos las cosas con calma. Discúlpame por habertelo dicho de esta manera" Harry tomó a el Omega por las mejillas intentando calmarlo. Louis sentía a través de el lazo la alegría contenida en el pecho del rizado, pero también la tristeza por interpretar que no era algo que él deseara. Estaba siendo un mal Omega y eso lo hizo sentirse mal.
"Lo siento" su respiración acelerada comenzó a calmarse al volver a respirar.
"No lo sientas, está bien. Iré a la farmacia mientras te bañas y luego desayunaremos" Harry habló con el mismo tono amoroso con el que solía hablarle solo a él.
El silencio reino en la habitación mientras el rizado terminaba de vestirse y depositaba un beso en la frente de el castaño para luego tomar su billetera y las llaves de su auto. Louis no dejo de verlo hasta que salió de la habitación y escucho la puerta del departamento cerrarse.
¿En realidad estaba en estado?
¿Cómo no pudo darse cuenta antes? Era obvio que si estaba embarazado lo querría más que a nada en el mundo. Pero se desconcertaba al saber que no había podido ser capaz de darse cuenta que ya estaba cargando con un cachorro de su alfa.