25. Un Odio Inocultable

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Nueva York, Castillo de la Mafia. 

Natalia se levantó de su cama, se tomó una tibia ducha y después se vistió para bajar al comedor y desayunar al lado de su futuro prometido, quién con una sonrisa se levanta de su silla, le da un beso a Natalia en los labios para después sacar la silla, la cual acercó a la mesa después que la peliazulada se sentará en ella.

XX: – Buenos días amor mío. – Dice con una sonrisa después de haberse sentado en su silla.

Natalia: – Buenos días. – Responde tímida. 

XX: – ¿Cómo amaneciste? – La mira con una sonrisa.

Natalia: – Bien. – Lo mira. – ¿Y tú? – ahora ella hizo la misma pregunta que él le había hecho. 

XX: – Dormí muy bien amor. – La mira y le toma la mano. – ¿Sabes por qué? Porque anoche soñé que tú y yo éramos muy felices al lado de nuestra pequeña princesa. – le besa la mano.

Natalia: – Se queda callada. – 

XX: – ¿Dije algo que te molestará? – Mira a Natalia.

Natalia: – No. – Lo mira. – al contrario, me emocionó lo que acabas de mencionar. –

XX: – Que bueno mi princesa. – Sonríe y le vuelve a besar la mano. 

Después de la platica que tuvieron, el Rey de la Mafia chasqueó sus dedos, indicándoles a Aranza y Noemi que ya podían servir el desayuno. Ambas chicas llegaron al comedor con platos acompañados de comida y vasos vacíos y jarras con bebidas.

El joven rey y Natalia disfrutaban de este delicioso desayuno. El chico se aseguraba que Natalia comiera bien, no sólo por ella misma, sino también por el bebé que ella lleva dentro de su vientre, pues él quiere que su futuro heredero o futura heredera, nazca sano y fuerte. 

Natalia: – Voy a salir después que terminé. – Mira a su futuro prometido después de haberse pasado lo que tenía en su boca.

XX: – Si, recuerdo que ayer me lo comentaste. – Dice también después de haberse pasado lo que tenía en su boca.

Natalia: – Aparte que iré a ver a mi modista para pedirle que ajusté mi vestido de novia. – Lo mira. – también iré a hacer una cita con la ginecóloga. –

XX: – En cuanto llegues, me dices el día y la hora de la cita para acompañarte amor mío. – Le pide. – quiero asegurarme que nuestra bebé vaya a nacer sana y fuerte. –

Natalia: – ¿Sigues pensando que nuestro bebé será una niña? ¿Verdad? – Sonríe. 

XX: – Si amor mío. – La mira con una sonrisa. – sigo pensando que nuestro primer bebé será una hermosa niña, una hermosa princesa. –

Natalia: – ¿Y cómo te gustaría que se llamará? – Pregunta con curiosidad. 

XX; – No lo sé todavía. – Sonríe. – pero te aseguró que nuestra hija tendrá un nombre digno de ella. –

Natalia: – Iba a responder, pero llegó Edison. –

Edison: – Lamento interrumpirlos, pero hay algo que deberían de saber. – Mira a su rey y a Natalia.

XX: – ¿Qué deberíamos de saber Edison? – Lo mira serio. 

Edison: – Le muestra su celular a su rey. –

Natalia: – Se acerca y ve lo que está en la pantalla. – ¿Cuándo publicaron eso de mi hermana? – mira a Edison.

Edison: – Anoche Princesa Natalia. – La mira.

Los Descendientes de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora