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Desnudate y acuéstate en mi cama, por que hoy nadaré en tu cintura y terminaré entre tus piernas que me harán perder la cordura llevándome a la locura.

—Duncan Smirnov.

   Ava:

  
  Intento acercarme a ella, pero Duncan me retiene y cuando giro mi rostro, observo que él la está mirando.

   —Ella es mi mujer y mi buen gusto solo debe importarme a mi. —me suelta y empieza a acercarse a ella, agarrando su nuca y colocándola muy cerca de sus labios—. La próxima vez que le digas puta, te arrancaré la lengua para que no te metas donde no te han llamado, chismosa. A mi mujer nadie la ofende...

   La mujer bufa del enojo y rueda los ojos.

   —No me interesa en lo absoluto ofender a tu mujer, más bien, me interesa seguir en lo que me corresponde, como dice usted mi señor... —expresa ella acercándose a Duncan y arreglandole el cuello de la camisa, que para nada estaba desorganizado.

   ¿Qué pretende esta mujer?

   ¿Quiere ponerme celosa? No lo va a lograr, no siento absolutamente nada por Duncan y lo único que quiero de él es su dinero y poder para nunca volver a ser humillada por no tener nada y vivir en la basura.

   Trago en seco mientras me siento en mi sedosa, cómoda y suave cama.

   Duncan se quita las manos de ella de encima.

   —Ve y encárgate de lo tuyo, para eso te pago. —le ordena él severamente haciendo que su expresión de alegría se cambie por una airada—. No intentes poner a mi mujer celosa porque me estés tocando porque si sucede me enojara y no querrás verme enojado. —agarra su ante brazo y la empuja hacia afueras de la habitación—. ¡Largo!

    Natalia, la administradora de los bienes de Duncan, termina por salir de la habitación con la cara como si fuera el mismo demonio.

   ¡Que se aguante! ¡Duncan, su dinero, su mafia, su imperio y su polla como él dijo, son míos!

   Cruzo mis piernas y echando mis brazos hacia atrás, hago que mi pecho se suba y que con esto mis tetas queden más al descubierto de su vista.

   Hay muchas formas de obtener lo que deseamos, muchas veces nos vamos por lo difícil, pero como no tengo opción y no es que me queje mucho, me iré por la opción fácil. Obtener placer por vía de Duncan.

   Duncan se gira hacia mi, colocando sus ojos en mis pechos.

   —No me provoques, preciosa. —espeta con voz grave acercándose lentamente y cuando está en frente mío, con posesividad, agarra mis dos piernas cruzadas con su mano derecha y con la izquierda agarra mi cuello por detrás, inclinando mi cabeza—. No hagas que el deseo de ponerte en cuatro y follarte en esta cama se haga realidad. —acerca su boca a la mía, pero no me besa ni me roza—. Deseo esperar hasta en la noche para poder hacer realidad mi deseo.

   Verlo tan de cerca me hace querer desear lo mismo que él, que me folle dura y salvajemente.

   Su olor es una combinación de agua fresca con la flor Jazmín. Huele exquisitamente delicioso.

   Volteo mi rostro para terminar el contacto visual. Esto hace que él suelte mis piernas y mi cuello, echando dos pasos hacia atrás y colocándose erguido.

   —Por casi lo olvidaba... —Sonríe ampliamente con una pizca de lujuria—. ¿Señorita Ava Cassanova, desea usted pasar una noche de pasión conmigo en donde en la mañana no podrá caminar? —vuelve a acercarse, pero esta vez es diferente. Lo hace como si fuera una presa a la cuál atrapará—. Te prometo que será una noche memorable y que no podrás olvidar por más que desees luego.

DESEO CARNALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora