Deseo besarte en aquel lugar que es prohibido, deseo tocarte hasta que tus gemidos se vuelvan una melodía y deseo adorarte mi hermosa mujer, hasta el final de mis días.
—Duncan Smirnov.
AVA:
—Umm, mucho gusto, preciosa... —extiende su mano para que yo coloque la mía encima de la suya—. Duncan Smirnov, tu hombre.
¿Qué?
Ay Dios mio, ayúdame.
Si no tengo los ojos abiertos ahora mismo, me llamo mentirosa.
—¿Qué acaba de decir? —le pregunto alejandome un poco de él, haciendo que él muestre una sonrisa muy amplia.
—Lo que acaba de escuchar —entorna los ojos con gracia—. Su hombre desde ahora en adelante...
Necesito un RCP. Creo que me dio un infarto y no respiro.
Este hombre tiene que estar jugando conmigo.
Claramente no es mi hombre y no sé por qué él cree eso.
Aún mi mirada permanece fijada en su rostro, el cuál alberga una hermosa sonrisa.
Él sabe que me ha dejado sin palabras.
—Entonces si eres mi hombre..., yo soy tu mujer. —comento esperando que diga que no.
Su sonrisa me dice que es lo contrario.
Dios mio. Sálvame y envíame lejos de este hombre.
—No, aún no eres mi mujer. —responde quitando su sonrisa, mostrándome de nuevo su lado serio.
Respiro profundo.
Que alivio.
Giro mi rostro hacia Duncan y lo veo sonriendo.
¿Qué está tramando?
—¿Por qué sonríes? —pregunto cruzando mis brazos por debajo de mi pecho, acción que ocasiona que mis pechos se levanten y que la mirada de Duncan se desvíe a ellos.
Maldición.
Tremenda estúpida soy.
—Por qué no me dejaste terminar... —menciona abriendo la puerta del Lamborghini y rodeando el auto para abrirme la puerta. Cuando llega a donde estoy, extiende su mano para que salga, entonces al tomarla, él me saca del auto y me acerca a su cuerpo con posesividad—. Dije que aún no eres mi mujer, pero después que te folle toda la noche en mi cama, te prometo que vas a ser mi reina, la dueña de mi polla, de mi corazón y de mi mafia.
Trago en seco.
Ver sus ojos ansiosos por besarme, me hace darme cuenta de que esté hombre me va a partir en la cama.
Dios se apiade de mi alma porque lo necesito.
—Mi señor... —dice un hombre detrás mío, así que rápidamente intento separarme de Duncan para ver quién es, pero él perro en celos tiene otros planes.
Me aprieta más a su cuerpo y las manos que tiene en mi espalda, las baja a mi trasero, amasando esa parte con movimientos suaves.
Me he quedado boca abierta.
Tiene sus manos en mi trasero.
La mirada lujuriosa que me envían sus ojos me traspasa la ira que estaba creando, convirtiéndola en nerviosismo.

ESTÁS LEYENDO
DESEO CARNAL
RomanceEl deseo es un sentimiento que abarca muchas emociones. Puede referirse al deseo carnal o al deseo de una cosa en específica. Duncan Smirnov el mafioso ruso más temido en el mundo. Lleva cargos policiales hasta en el caribe, por trafico de person...